oráculo

24.10.09

SOLARY NUÑEZ GAMONAL CHOTA CAJAMARCA EN ZORROS DE ABAJO

Solary NUÑEZ GAMONAL.

RECONDITO

El cielo de mi corazón

está rojo

ha roto el dolor de tu alma

no dejan de tocar las pupilas

de tus agrias lágrimas,

del universo de mi pensar;

colgaré mis palabras

en un lugar bien escondido

como el silencio recóndito

de la mirada : MI CORAZÓN.

Solary Núñez Gamonal. Nació el 05 de marzo de 1997 en la ciudad de Chota. Cursa estudios secundarios. Integrante de la Unión de Poetas y Escritores de Chota, galardonada ya por su

labor en la narrativa y poesía. Fulgurante promesa.

Cuadro de Víctor Amado PORTAL VILLENA (Cajamarca, 1975)

orlando ordóñez santos

OCTUBRE 2009

PALABRAS NECESARIAS

Luego de haber compartido la privilegiada e intensas emociones que, pocas veces en la vida se da, junto a los niños, al poblador y al justo como leal coraje de los ronderos allá en Huangamarca (Bambamarca, Cajamarca), el 25 de septiembre del 2009 en el marco del II FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA.

En este apretado florilegio relevamos el gran fervor y pujante expresión poética en este ambiente regional del Perú (Cajamarca), testimonio mudo de la gran labor magisterial, de promotores culturales y autoridades verdaderos baluartes defendiendo su propia cultura, gratitud por esta cruzada, pronto se cosecharán los frutos. Volviendo al inicio primaveral del presente año, cuando en ningún instante la lluvia pudo aplacar el agitarse de banderas de los países hermanos, menos el palpitar del inmenso corazón, como el arco verde símbolo de floresta, levantado con cariño a la puerta de la Plaza, por donde los combatientes, jamás derrotados pasaron victoriosos con sus sueños, sus palabras y versos intactos, prestos para nuevas arremetidas con los que siembran oscuridad y tierra arrasada. Gracias Huangamarca por devolvernos la fe, que nuestra Patria:

…es hermosa

como una espada en el aire

y más grande ahora y aún

y más hermosa todavía,

yo hablo y la defiendo

con mi vida.

JAVIER HERAUD (1942-1963). Poeta asesinado.

COLIBRÍ

Cuando la beldad entre pájaros



Extensos son los ajenos caminos
por donde deben pasar a diario
y con tanta dulzura desgarradora
el iridiscente vuelo del colibrí.

Palideciendo a los celajes majestuosos
turbando a más de un lucero
las alas vibrátiles y de espliego
se pierden en el tráfago multicolor
de una paleta honda, reluciente,
pendiente del bosquejo artero
de quién sólo sabe saciar su sed
con los matices incomparables del infinito.

Sigue legendario su orbitar pictórico
sin importar cuánta belleza se puede
diseminar entre el fácil canto
de la transparencia o el difícil grito,
grito oculto, luciente de libertad.
Todo al unísono se desploma cuando
en una sola ráfaga el colibrí vuela y canta,
canta su polifonía de luces, vuela
su eternidad plateada de manantiales.

¡Cómo quisiera, al menos, atrapar
por única vez, sólo una vez
la ternura de semejante púrpura y burbuja?
Llegará el día cuando bajo sus alas
irremediable verso a verso, se ahogará el día.

zorzales liberados

No perturben la danza

tronadora de los zorzales,

dejen libre a su rondar

en libertad, nadie puede

enturbiar su canto a la vida.

Fue siempre así.

La quietud del cristal fue liberándose

desde la simpleza traslúcida

del arroyuelo hasta convertirse

en fiera herida cuando coactan su senda.

No escarben más sus entrañas

del anciano antepasado

para sembrar herrumbre

y galimatías asfixiantes

de la clorofila y el gen humano.

Siempre al entorno del concierto

matinal desde el primer matiz

del rayo solar sobre las montañas

hasta su majestuoso diluir entre el océano

en armonía fluía sin avasallamientos

de voraces y lejanos rucios hambrientos.

Pues ahora, llévense sus fauces

a devorar al propio engendro alzado

con tanta guerra de rapiña

y no se asomen por estos meridianos

donde rondando está la fuerza telúrica

y danzando sobre los tambores arrancados

a los ambiciosos extranjeros con la ráfaga

de los pájaros liberados, siempre.

Vuelo septentrional

Si alguna vez vieron a la luz

desplomarse como una ebria perinola

no trates jamás de ocultar la acidez

anidada dentro el trinar dulce

de los niños de Huangamarca.

Si otra vez agazapado los carroñeros

los devoradores de íntegras cordilleras

tratan de disfrazar su alevosa puñalada

asestada a la fragilidad de agua en Bambamarca,

no mientan, yo estuve con el grito en su Plaza.

Si intentan persistir con sus engañifas

los invisibles fantoches al lado

de corrosivos y rampantes venenos vertidos

en los fluyentes manantiales de la vida

no culpen al rondero hermano defendiendo al árbol.

Si continua implacable la terquedad

de los que avivan el fuego de ira

sólo ellos serán culpables que las alas

del pájaro centella desde la fragua

con el machete al cinto, rasgará definitivo el celaje.

Si acaso la piedra semienterrada

en la estratósfera luminosa de Cajamarca

cansada de su detenida espera en el vibrar

volátil del colibrí, explosionará el aguacero

y los relámpagos, mientras el Llaucán volverá a rugir.

color tierra

No quiebren, no

el vuelo azul

de la gota de rocío multicolor

cubierto de plumas silvestres

en el mismo origen

del manantial.

No cercenen, no

la estela luminosa

con que cada día

enternecen el tránsito

de la verde caña y el maíz.

No, carajo, no

nieguen al arco iris

siga diluyéndose

en manos del intruso.

¡Cuídate del color

de la sangre derramada!

E-mail: oordonezsantos@yahoo.es

artepoetica_2000@hotmail.com

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