POETA HUANCANEÑO LEONCIO LUQUE DICE QUE: “LIMA ES UNA BESTIA ANTROPÓFAGA QUE TE DESARRAIGA, QUE TE HACE SUFRIR”
FERNANDO CHUQUIPIUNTA MACHACA
Leoncio Luque Ccota se tomó, su tiempo para publicar otro poemario. Su primer libro, Por la identidad de las imágenes,
fue publicado en 1996 -sin decir que fue escrito en realidad hace
varias décadas. Por eso no sorprende que haya tenido que pasar dieciséis
años más para que el poeta se anime a entregar otra vislumbre de su
obra a la imprenta; quizás, por esa suerte de reinvención del lenguaje,
en cada nueva entrega. Los poemas de aliento épico y lirico, casi
silvestre de Crónicas de Narciso, (2005) es, “una poética enriquecida de precisiones, luminosas” como
señala Manuel Cadenas Mujica en la reseña preparado para este libro;
pero, también las voces fragmentadas y el ritmo del transeúnte asediado,
aparece en el espejo principal de la vida, donde se ve el reflejo del
crepúsculo otoñal de la humanidad, donde el dolor no es ajeno, sino que
se introduce en el alma del poeta, a través del poemario en Las grietas de tu espalda (2001). Por solo citar un par de ejemplos.
Pero es en el Exilio Interior y otros poemas devastados (Casa
Barbieri editores, 2011), su más reciente poemario, que tiene un nuevo
viraje, donde el poeta se muda a la infancia y lanza un conjunto de
poemas que apuntan a la fragilidad y al ensimismamiento, a la
posibilidad del tono menor y el discurso íntimo pero solar. En el
plenilunio se ven islas acuáticas dispersas / como cuerpos que celebran
la boda de los dioses/ y los dioses vienen en tu espalda sentada/
apaciguando tú odio/ para convivir fastidiándote en cada guerra/ que se
inicia para llorar.
Tengo
entendido que este libro fue escrito a fines de los ochenta y comienzos
de los noventa. Por qué decidiste dejarlo guardado tantos años. Y,
sobre todo, qué te impulsó a escribir este libro tan personal en una
coyuntura políticamente tan agitada.
La
verdad, es un poemario que tiene mucho de mis caminatas, donde he
sentido el latido de la vida, el peligro de perder la vida, cuando la
violencia imperaba en cada esquina. Cuando la Pamplona Alta crecía con
los inmigrantes y yo veía sentado todo este proceso en la parte más alta
de un cerro, con Casandra. Si, la idea del poemario nació en los
ochenta y se inició a escribirse en los noventa.
Porque
lo guardé, no creo que lo haya guardado, caminaba a mi lado siempre,
pero un día decidió liberarse de mí, como todo hijo, solicito su
independencia, al ganar un premio.
Lo
que me impulsó a escribir este libro, fue el de encontrarme conmigo
mismo, como sabes, yo llegué a Lima en el año 1968, cuando apenas tenía 4
años, desterrado de mi lugar de nacimiento, para ser parte de esta
ciudad de mil cabeza, que me adoptó, pero que no me cuidó, como lo hace
una madre.
Siempre
sentí que vivía entre dos mundo, dos culturas y la vez no tenía ninguna
de ellas. Nada. Llegué a Miraflores, viví por Santa Cruz, correteando
por el Malecón, asustado, de ver la playa, la suciedad y las luces que
me apañaban. Luego mis padres se fueron al distrito de San Luis, donde
permanecí, por un año. Para luego retornar a Huancané, por última vez, y
desde 1971 vivir en Pamplona Alta.
El
hecho de que este arenal se convertirá en mi hábitat, fue el leitmotiv
de escribir el poemario, como un pago a este espacio que me adoptó,
durante más de cuarenta años. Y como tú dices, en una coyuntura tan
agitada que me toco vivir, en el tiempo del terrorismo, donde Pamplona
Alta, llego a tener una base militar, y uno estaba expuesto a que su
casa fuera violentado por los militares, cuando estabas durmiendo.
Exilio
Interior y otros poemas devastados, es el libro que me permite
arraigarme, con la realidad que me tocó vivir cada segundo de mi vida,
con un Perú enclaustrado capturado en el desarraigo.
Cómo es tu proceso de escritura.
El
proceso de la escritura tiene varios caminos y procedimiento, para cada
poeta. El mío parte de la mitificación de algo, de una fijación que se
va dando en el pensamiento, para luego dar la forma poética en el texto
a través de un lenguaje poético adecuado.
Yo
siempre parto de la realidad pura, deseada, soñada, filtrada por mis
emociones puras o ideológicas, pero siempre de la realidad, presente o
ausente. Luego un disparador, que puede ser un recuerdo, una visión
imaginaria, una palabra o una imagen que no se detiene, hechos, que me
proporciona elementos que luego transmitirá un mensaje. Luego, la
escritura, el terreno de la codificación que no se detiene hasta lograr
vaciar todo el contenido guardado, que irrupciona como un volcán hasta
calmarse y detenerse. Y luego, el producto, que se solidifica, para
luego moldearlo con la soledad, con sus propias leyes finitas, con
descartes, desgastes ofrecidos por la palabra, la razón y el propio
idioma. Donde la conciencia y la inconsciencia se unen para un poemario
en el caso mío. No escribo poemas sueltos, siempre un poemario. Tengo
varios poemarios inéditos, esperando liberarse de mis torturas, cada vez
que regreso a releerlos.
Jamás has sufrido entonces de ansiedad editorial. ¿Aconsejarías a los escritores jóvenes llevar a cabo este procedimiento?
No,
nunca he tenido esa ansiedad, las cosas ha salidos naturales, en partos
naturales. Yo soy de las personas que cree que uno no debe de
desesperarse por publicar un libro. Por lo tanto debo aconsejar que los
jóvenes deban esperar el momento oportuno.
En
cada uno de tus libros hay una especie de estrategia conceptual muy
clara y diferenciada. Es casi como si cada libro ostentara un
temperamento distinto.
Cada
libro obedece a su propia historia, sentido y coyuntura, que va
amalgamando un proyecto. Por ejemplo mi primer libros Por la Identidad
de las Imágenes (1996), es una suerte de mito sobre la sacralización de
la poesía, luego vendría En las grietas de tu espalda (2001) un retorno
al dolor humano; y Crónicas de Narciso (2005) es el trazo de una poesía
que apela a las crónicas para reencontrarse con los fantasmas de ese
ritmo que convoca a muchas voces de un pasado que no quiere dejar.
Hay claramente un lenguaje distinto al de todos tus otros libros en Exilio
Interior y otros poemas devastados. Un universo de imágenes cifradas.
Algo que podríamos reconocer como un mundo privado, digamos.
Exilio
Interior y otros poemas devastados (2011), es un poemario que intenta
mirar mi pasado, y que contiene un alto contenido antropológico, social
y hasta político, que toca la realidad de un migrante en Lima, y la
relación con los otros, con quienes convive, donde Lima es una bestia
antropófaga que te desarraiga, que te hace sufrir. Porque no eres de
aquí, por que tus cimientos son de otro lugar, Exilio Interior, es un
poemario de contexto marginal de un migrante viviendo su
automarginalidad, que describe la nueva cultura popular que se mezcla
desde hace tiempo en Lima, más que nada en los conos de esta ciudad
caótica y asmática, donde: La humanidad/ busca su identidad en la guerra/ mientras nosotros en recuerdos/.
Es un poemario que busca identidad a través de recuerdos, pero para aceptarse: Los
años que ya no conozco en mi memoria/ desaparecen como/ lagartijas
entre la arena/ junto al cementerio/ donde busco mis raíces.
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