Solary NUÑEZ GAMONAL.
RECONDITO
El cielo de mi corazón
está rojo
ha roto el dolor de tu alma
no dejan de tocar las pupilas
de tus agrias lágrimas,
del universo de mi pensar;
colgaré mis palabras
en un lugar bien escondido
como el silencio recóndito
de la mirada : MI CORAZÓN.
Solary Núñez Gamonal. Nació el 05 de marzo de 1997 en la ciudad de Chota. Cursa estudios secundarios. Integrante de
labor en la narrativa y poesía. Fulgurante promesa.
Cuadro de Víctor Amado PORTAL VILLENA (Cajamarca, 1975)
orlando ordóñez santos
OCTUBRE 2009
PALABRAS NECESARIAS
Luego de haber compartido la privilegiada e intensas emociones que, pocas veces en la vida se da, junto a los niños, al poblador y al justo como leal coraje de los ronderos allá en Huangamarca (Bambamarca, Cajamarca), el 25 de septiembre del 2009 en el marco del II FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA.
En este apretado florilegio relevamos el gran fervor y pujante expresión poética en este ambiente regional del Perú (Cajamarca), testimonio mudo de la gran labor magisterial, de promotores culturales y autoridades verdaderos baluartes defendiendo su propia cultura, gratitud por esta cruzada, pronto se cosecharán los frutos. Volviendo al inicio primaveral del presente año, cuando en ningún instante la lluvia pudo aplacar el agitarse de banderas de los países hermanos, menos el palpitar del inmenso corazón, como el arco verde símbolo de floresta, levantado con cariño a la puerta de
…es hermosa
como una espada en el aire
y más grande ahora y aún
y más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
JAVIER HERAUD (1942-1963). Poeta asesinado.
COLIBRÍ
Cuando la beldad entre pájaros
Extensos son los ajenos caminos
por donde deben pasar a diario
y con tanta dulzura desgarradora
el iridiscente vuelo del colibrí.
Palideciendo a los celajes majestuosos
turbando a más de un lucero
las alas vibrátiles y de espliego
se pierden en el tráfago multicolor
de una paleta honda, reluciente,
pendiente del bosquejo artero
de quién sólo sabe saciar su sed
con los matices incomparables del infinito.
Sigue legendario su orbitar pictórico
sin importar cuánta belleza se puede
diseminar entre el fácil canto
de la transparencia o el difícil grito,
grito oculto, luciente de libertad.
Todo al unísono se desploma cuando
en una sola ráfaga el colibrí vuela y canta,
canta su polifonía de luces, vuela
su eternidad plateada de manantiales.
¡Cómo quisiera, al menos, atrapar
por única vez, sólo una vez
la ternura de semejante púrpura y burbuja?
Llegará el día cuando bajo sus alas
irremediable verso a verso, se ahogará el día.
zorzales liberados
No perturben la danza
tronadora de los zorzales,
dejen libre a su rondar
en libertad, nadie puede
enturbiar su canto a la vida.
Fue siempre así.
La quietud del cristal fue liberándose
desde la simpleza traslúcida
del arroyuelo hasta convertirse
en fiera herida cuando coactan su senda.
No escarben más sus entrañas
del anciano antepasado
para sembrar herrumbre
y galimatías asfixiantes
de la clorofila y el gen humano.
Siempre al entorno del concierto
matinal desde el primer matiz
del rayo solar sobre las montañas
hasta su majestuoso diluir entre el océano
en armonía fluía sin avasallamientos
de voraces y lejanos rucios hambrientos.
Pues ahora, llévense sus fauces
a devorar al propio engendro alzado
con tanta guerra de rapiña
y no se asomen por estos meridianos
donde rondando está la fuerza telúrica
y danzando sobre los tambores arrancados
a los ambiciosos extranjeros con la ráfaga
de los pájaros liberados, siempre.
Vuelo septentrional
Si alguna vez vieron a la luz
desplomarse como una ebria perinola
no trates jamás de ocultar la acidez
anidada dentro el trinar dulce
de los niños de Huangamarca.
Si otra vez agazapado los carroñeros
los devoradores de íntegras cordilleras
tratan de disfrazar su alevosa puñalada
asestada a la fragilidad de agua en Bambamarca,
no mientan, yo estuve con el grito en su Plaza.
Si intentan persistir con sus engañifas
los invisibles fantoches al lado
de corrosivos y rampantes venenos vertidos
en los fluyentes manantiales de la vida
no culpen al rondero hermano defendiendo al árbol.
Si continua implacable la terquedad
de los que avivan el fuego de ira
sólo ellos serán culpables que las alas
del pájaro centella desde la fragua
con el machete al cinto, rasgará definitivo el celaje.
Si acaso la piedra semienterrada
en la estratósfera luminosa de Cajamarca
cansada de su detenida espera en el vibrar
volátil del colibrí, explosionará el aguacero
y los relámpagos, mientras el Llaucán volverá a rugir.
color tierra
No quiebren, no
el vuelo azul
de la gota de rocío multicolor
cubierto de plumas silvestres
en el mismo origen
del manantial.
No cercenen, no
la estela luminosa
con que cada día
enternecen el tránsito
de la verde caña y el maíz.
No, carajo, no
nieguen al arco iris
siga diluyéndose
en manos del intruso.
¡Cuídate del color
de la sangre derramada!
E-mail: oordonezsantos@yahoo.es