Lima , julio del 2011
B A S T I Ó N A N D I N A
POESIA
AGUA INCOLORA
Tanto tiempo
no sé cómo pudo soportar
estar vacío la inmensa
tinaja donde la niñez dormía
su encanto e inocencia de agua en témpano.
Sin embargo
aquella herencia del tiempo
a como dé lugar, estoico, rebelde
resistió toda embestida, de odios,
de los malos pasos y de la ausencia
del puentecillo quebrado antes de su ciclo.
Siento, ahora un raro cosquillar
sobre el incrédulo catafalco del fogón
mientras la vertiginosa ráfaga
de nevisca llegará a pleno desierto
con el cántaro orbe sediento
y sin desequilibrar la pluma
trataré por última vez escribir tu nombre
con el agua incolora y fría.
AÑORANZA SÓLO AÑORANZA
El vagabundo al descubrir en el alba
que sus pasos habían hallado
una extraña senda, ensayó una leve sonrisa
como si algo se quebraba bajo los pies
trató inútil de no echar otro paso
se hallaba en medio del pantano.
El día fuera de lo común había
sido violada su quietud de piedra impávida;
aún el taladrar horrísono de la diana
rasgaban sus ecos sobre las colinas tratando
de refugiarse entre las encañadas, pero
inusual sobre el pentagrama la melodía agonizaba.
La incansable corriente de las aguas de cristal
de pronto en su aletargada mansedumbre
había comenzado a sentir en sus huesos de cal
un estremecimiento espectral como si fuera lento
todo embruteciéndose, solidificándose fríamente
con su menear de diosa, inmóvil su mirada era inmunda.
Sé que vale ahora seguir vagando en el mundo
cuando después de todo nunca pude hallar lo buscado.
dónde pues, está el día que cantan los poetas
aquel de alas azules y encanto de capulí.
ya me siento casi vencido al no poder cómo hundir
este cansancio en las aguas del Mantaro, que ya no es.
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