SOMOS ARGUEDIANOS
Me veo envejecer en tus pasos de martirio
muerde mi mano áspera rajada y suicida.
De tu voz arranque el coagulo de arengas
somos los mismo racimos, sobre la grama
Vimos al rio Mantaro crecer en el crepúsculo
Parecen espinela caminante en tus dedos.
Esquiva el látigo del celta vástago sin alma
hunde toda las montañas de los consagrados
Garabateando callado, en la piel de la hiedra
los trigales reverdecen, trazan lo inevitable..
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