LA MEMORIA DEL AIRE
AYATAKI: PILAR ROCA Y FICO GARCÍA: DE LA MUERTE A LA VIDA Y LA ESPERANZA
Por WINSTON ORRILLO
Ayataki, la canción de los muertos, de Federico García Hurtado y Pilar Roca, es una joya de libro que ingresa, de suyo, a la biblioteca de los textos imprescindibles para conocer ese Perú entrañable que todos, de alguna manera, perseguimos.
Publicado por las prensas infatigables de Juan Gutemberg Editores-impresores, dirigidas por Noé Yenque Guerrero, la obra continúa la ruta que Fico y Pilar comenzaran en el enjundioso ensayos Pachakúteq, una aproximación a la cosmovisión andina, y, en general, a la vocación peruanista de sus autores, patentizada en la obra cinematográfica del primero, que ha dado títulos imprescindibles como Laulico, El caso Huayanay, Melgar, Kuntur Wachana y Tùpac Amaru, entre algunos de los trece largometrajes de su autoría.
En el prólogo, que suscribe Pilar Roca –en homenaje a “Mi conjunto” (léase su pareja) – se esclarece el sentido del origen y la significación de esta “Canción o Canto por los muertos”.
Para ello se vale de tres fuentes insustituibles: las de los maestros Felipe Monmortoy, William Hurtado de Mendoza y José Luis Ayala, los que coinciden en afirmar que “no es posible hablar de Ayataki sin sincerar nuestras convicciones sobre la muerte y el origen de la vida,
De alguna manera, ellos coinciden en que “el Ayataki, siendo un ritual fúnebre, es también profundamente alegre porque supone que los muertos han terminado un ciclo y se disponen a iniciar otro nuevo.. Es parte del sentimiento y la cultura popular de nuestros pueblos”.
Para Fico que, como dice Pilar, la prologuista, “”ha estado cerca de la línea del cruce al nuevo ciclo” “el Ayataki es un canto fúnebre que aflora en ocasiones de la muerte de un ser humano. Tiene que ver con la persistencia de la memoria y ésta puede ser de una persona o de un pueblo ..El Ayataki es, pues, una manifestación concreta de la cultura andina …a la muerte física de un individuo. La muerte es la transmutación, el cambio de algo conocido por algo indefinido y proteico.”
Para William Hurtado de Mendoza “la muerte da inicio a una nueva forma de vivir , de ser y de estar: es el paso de la transitoriedad a la eternidad.”
Para el yatiri, gran poeta y periodista puneño, José Luis Ayala “morir es renacer para transformarse en un ser permanentemente vivo que no puede morir, es decir, en un inmortal.
Los autores han entonado ayatakis para a personas y personajes fundamentales para la historia peruana de los días que corren. Hay, aquí, bellísimas páginas dedicadas, entre otros, a Jorge del Prado, Alfonso Barrantes, Laura Caller, el “cholo” Nieto –poeta de polendas-, Rafael Aguilar, Valentín Paniagua, el “negro” Espinoza (el cineasta Fernando Espinoza Bernal), el “Huanca Villanueva –otro hombre de cine fundacional- y un militante y anónimo personaje emblemático de los años aurorales de la preparación revolucionaria: el llamado “gallito de la pasión”.
En fin, aquí y acullá, el aura poética de Fico García, que abre el volumen con su estupendo texto Qaparispa (A puro grito), nimba estos textos que, en efecto, no son solo elegías, sino, parafraseando a nuestro abuelo Rubén Darío, verdaderos “cantos de vida y esperanza”
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