Los usurpadores de señales,
Los falsificadores de cartografías,
Los propagadores de la mentira,
Ya no pueden negarnos ¡Nos hemos encontrado!
Pese a la extensa noche, Pese a los caminos renegados,
A la rabia forastera,
A la insensatez del aborrecimiento.
Contra todo nos hemos reinventado.
Mi estandarte luce sus iniciales.
Cabalgo a su vera,
Sobre mi muslo lío su tabaco,
Mi linfa, mi saliva, mi sangre lo contienen.
Él es lúcida estrella,
Gira en mi corazón aspas de alegría.
Tensa hacia mí las bridas y sonríe en secreto;
Me proclama “Generala de la Cruz del Sur” y me lo creo.
Cae la nieve en Santa Bárbara,
Quilaco,
Rucahue,
Naufragan los Dioses del Canelo,
Se ahogan las Santísimas Araucarias ,
Anochece para siempre sobre el Alto Bio Bío.
Aún así, deben saber los tergiversadores de la historia,
Que se encontró nuestro aroma y la espuma,
Que aún frente a la extensa noche, seguimos juntos.
Juntos, aunque el olvido disperse su tacto umbrío,
Y esparza sobre la muerte sus más tristes pavesas.
La Ciudad de los Pájaros
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