OFRENDA
EL PRESENTE SOL
ES UN HOMENAJE AL TIEMPO DESAPARECIDO
Sobre la bandeja azul del lago
Va surcando mi barco de papel
desde el puerto la custre
De mi corazón
Walter Paz Quispe
Poesía puneña contemporánea
PAULO CESAR LARICO
Por que escribir solamente desde el dolor
Desde mi hueca soledad
Desde mi hambres fatigados
Desde mi asfixiada sed
O desde las sangres de mi carne,
Y no desde la alegría o el canto,
¿Por que escribir solamente desde la soledad
Desde el ángulo de nostalgia
O desde el extravió moderno
Desde las calles, en las calles
O desde mi escuálida silueta
Y no desde la alegría o el canto?
¿Por qué solo el dolor
La soledad, los cantos tristes
L0o agrio y lo disgusto
Sin hígado ni victoria
Sin reclusión ni libertad
solo en soledad doliendo en el color,
y no desde la alegría o el canto?
Quisiera llorar estrellas
O llorar un cielo de esperanza
Y con una lagrima limpiar el veneno de las calles
Quisiera gritarle al infierno
O insultarle al infierno
Y palabra tras palabra robustecer
La escuálida conciencia moderna,
Quisiera cantar canciones tiernas
O llorar cielo de esperanza
En el dolor, en el deber, en la dignidad.
Quisiera escribir flores
O llorar estrellas infantes
Para darle luz al presente tiempo.
Quisiera llorar bendiciones
O llorar glorias desde la soledad
Desde donde alumbra la sombra.
Quisiera escribir o llorar estrellas
Pero se me caen las palabras en cada instante
Y junto a ella se cae mi pluma.
FLORENCIO CHOQUE AYQUE
EL PRESENTE SOL
ES UN HOMENAJE AL TIEMPO DESAPARECIDO
Sobre la bandeja azul del lago
Va surcando mi barco de papel
desde el puerto la custre
De mi corazón
Walter Paz Quispe
Poesía puneña contemporánea
PAULO CESAR LARICO
Por que escribir solamente desde el dolor
Desde mi hueca soledad
Desde mi hambres fatigados
Desde mi asfixiada sed
O desde las sangres de mi carne,
Y no desde la alegría o el canto,
¿Por que escribir solamente desde la soledad
Desde el ángulo de nostalgia
O desde el extravió moderno
Desde las calles, en las calles
O desde mi escuálida silueta
Y no desde la alegría o el canto?
¿Por qué solo el dolor
La soledad, los cantos tristes
L0o agrio y lo disgusto
Sin hígado ni victoria
Sin reclusión ni libertad
solo en soledad doliendo en el color,
y no desde la alegría o el canto?
Quisiera llorar estrellas
O llorar un cielo de esperanza
Y con una lagrima limpiar el veneno de las calles
Quisiera gritarle al infierno
O insultarle al infierno
Y palabra tras palabra robustecer
La escuálida conciencia moderna,
Quisiera cantar canciones tiernas
O llorar cielo de esperanza
En el dolor, en el deber, en la dignidad.
Quisiera escribir flores
O llorar estrellas infantes
Para darle luz al presente tiempo.
Quisiera llorar bendiciones
O llorar glorias desde la soledad
Desde donde alumbra la sombra.
Quisiera escribir o llorar estrellas
Pero se me caen las palabras en cada instante
Y junto a ella se cae mi pluma.
FLORENCIO CHOQUE AYQUE
LIMANDO LA S APENAS
CON EL SILENCIO DE TU SOMBRA
Aquí me tienes
Tu abrigo de ulmaria
Tiritando entre tus brazos
Hasta maquillar
La cabellera ligera y suave
De la alborada.
Mira la edad de mis penas
mira el temblor que fluye de mis labios
y las activas lavas de tu recuerdo.
Marilia
Todavía ciñes la pálida lluvia de mares
Mira la caravana de golondrina
Sumergir su volumen,
Su hoguera lúgubre
En la temperatura de mis venas.
EQUÍVOCOS
Puedo aprender a olvidar los misterios
De tu lápiz labial
Como pude explorar
Las extrañas del olvido
Puedo celebrar llorando mi soledad
Puedo tu sonrisa de colibrí acostarla y abanicarla
Puedo desvestir la despeinada sombra
De tu espalda
Puedo reconstruir tu nombre
Entre una multitud de calandrias.
LUIS PACHO
NO ME RECUERDES
Y hare de tu despedida
El destino de estas calles.
El pueblo de estaciones móviles
Para recoger muchachas
Que vengan a tu nombre.
No será difícil reconocerte: Ellas
Siempre tendrán algo de ti.
VIRADO A LIBELULA
Llévame por la bruma de las acequias
Con las voces del alba
Que despertaron tus ojos veleros.
Hasta aquí,
Ríos heridos forjando tu reino
Para despertar
El tibio pañal de las colinas
Y
Borbotones de luz
emigraron al mundo callado
de las ramas torcidas.
En esa senda
Busco el ojo de la lluvia
Para hurgar el destino
El los jardines que viviste.
GABRIEL APAZA
El poeta es un animal tullido
Que logra subir a las estanterías
Cuando sus imanes oscuros
O sus migagas de saudade
-e incluso sus fatales epístolas-
Le traen los eneros de una magdalena.
Vive en la pleamar del iridiscente puñal
Que las mujeres abonan
Al marcharse con otro amante
Y allí los libros son todo color lila
y enmohecen
junto a los guerreros clavileños
los que olvidaron los arabescos
de la diosa Venus
un dia sale por los librerías
y empalidece a ver como sus costras
acaban con una muchacha de anteojos.
CON EL SILENCIO DE TU SOMBRA
Aquí me tienes
Tu abrigo de ulmaria
Tiritando entre tus brazos
Hasta maquillar
La cabellera ligera y suave
De la alborada.
Mira la edad de mis penas
mira el temblor que fluye de mis labios
y las activas lavas de tu recuerdo.
Marilia
Todavía ciñes la pálida lluvia de mares
Mira la caravana de golondrina
Sumergir su volumen,
Su hoguera lúgubre
En la temperatura de mis venas.
EQUÍVOCOS
Puedo aprender a olvidar los misterios
De tu lápiz labial
Como pude explorar
Las extrañas del olvido
Puedo celebrar llorando mi soledad
Puedo tu sonrisa de colibrí acostarla y abanicarla
Puedo desvestir la despeinada sombra
De tu espalda
Puedo reconstruir tu nombre
Entre una multitud de calandrias.
LUIS PACHO
NO ME RECUERDES
Y hare de tu despedida
El destino de estas calles.
El pueblo de estaciones móviles
Para recoger muchachas
Que vengan a tu nombre.
No será difícil reconocerte: Ellas
Siempre tendrán algo de ti.
VIRADO A LIBELULA
Llévame por la bruma de las acequias
Con las voces del alba
Que despertaron tus ojos veleros.
Hasta aquí,
Ríos heridos forjando tu reino
Para despertar
El tibio pañal de las colinas
Y
Borbotones de luz
emigraron al mundo callado
de las ramas torcidas.
En esa senda
Busco el ojo de la lluvia
Para hurgar el destino
El los jardines que viviste.
GABRIEL APAZA
El poeta es un animal tullido
Que logra subir a las estanterías
Cuando sus imanes oscuros
O sus migagas de saudade
-e incluso sus fatales epístolas-
Le traen los eneros de una magdalena.
Vive en la pleamar del iridiscente puñal
Que las mujeres abonan
Al marcharse con otro amante
Y allí los libros son todo color lila
y enmohecen
junto a los guerreros clavileños
los que olvidaron los arabescos
de la diosa Venus
un dia sale por los librerías
y empalidece a ver como sus costras
acaban con una muchacha de anteojos.
revista consejero de lobo puno peru
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