oráculo

21.5.09

HEBER OCAÑA

Heber Ocaña

Heber Ocaña Granados nació en la Provincia de Huarmey, Ancash, Perú. Estudió Educación en la especialidad de lengua y literatura, en la universidad San Martín de Porras - Lima.Tiene publicados libros sobre la historia de su tierra natal: 'Apuntes para una historia', 'Relatos de la Bella Warmy', 'Como un oasis en medio del desierto', además de plaquetas de poesía: 'Así hablan los vientos'.También integra tres antologías de interés sobre la poesía peruana de los años 80 y 90. Actualmente viene trabajando un libro sobre la inmigración en España, desde su experiencia vivida como inmigrante.






La soledad es de color oscuro
Con voces por todos los lados,
Alejándose,
Perdiéndose.

José Antonio Bravo





“Hoy no apesta la ciudad”
Y hasta podría decir que el silencio es turbio – penetrante
Y no tiene dedos.

Rostros navegando la soledad.
La soledad una mosca sosteniendo la inmundicia,
Golpeando piedras, playas
Y tu poca capacidad de tocar la tierra
Y extirparla.
Porque debemos odiar la noche y su dentadura postiza.
Acabar con los sepulcros.
Con todas las cosas constantes que derraman
Las almas envejecidas, podridas,
Orinadas por los mejores idiotas de la tierra.
Con el polvo friolento que transmutan nuestros cuerpos.
Es la hora que a los niños les crezca los dientes
Por si algo sucediera con los nuestros.
Cantar el cántico dormido de las aves.

Y a esta hora JUANA REGINA
La mayor parte de mi tiempo está en éste lapicero azul
Con que escribo estos poemas;
Y escribir la palabra resurrección en los faustos dentículos
De la muerte
Es volver a estar contigo en las tierras bombardeadas,
En ese pequeño pueblo parecido a tu cuerpo
O a un cáncer






TRANSITO DE NIÑO

A Ghandy Israel…
A mi hijo no le crecen los dientes
Por ventura.
Sus caminos
Como crepúsculos silenciosos
Se levantan en medio de éste desastre.
Y la esperanza como pétreas palabras
No es sino
Su propia canción
Que acumula regiones de árboles y hierbas.
A mi hijo le falta existencia
Debajo del sol.
Más a nadie a pedido sombra
Ni designios,
Solo las sílabas de su boca
Van rondando entre pálidas mañanas,
Sin teléfonos,
Ni llamadas urgentes.
Solos como piedra
Espectral y dulce.
Solos como lluvia,
Con pasión de relámpago,
Con pasión de viento y gaviota.
Con dulzura crepuscular /
Sin lamento.

Porque cuando haya crecido
Que el viento no sea
Aquella figura humana llena de cáncer
Y holocaustos.
Porque cuando él haya crecido
Agradecerá a los muchachos dóciles de la esquina.

A los que sufren y son pálidos.
A los fantasmas de todas las tardes indeclinables.
A las manos carcomidas
Por los pájaros más voraces e invencibles de la tierra.

Porque cuando él haya crecido
Todas las ventanas permanecerán abiertas
Y todas las ciudades deshilachadas
Reverdecerán
Al estruendo silencioso de su voz.
A mi hijo le hace falta una palabra.
Pero en sus piecesillos ingenuos
Y frágiles,
Se han adentrado
Inmensas calles /
Por donde nunca le alcanzará una tristeza.





Que es tu mismo cuerpo.

“Hoy no apesta la ciudad”
Todo lo demás es mentira.

Carcosos nombres escritos en las bancas.
Y luego el tiempo / y luego el frío
Y luego mi madre preñada por hombres de malas
Intenciones,
Bebiendo agua sucia en los mercados,
Recogiendo llagas milenarias en su pecho.

Y luego tú JUANA REGINA
Con ese cáncer que es tu mismo cuerpo.
Y qué hacer.
Solo morir recordando las viejas glorias del arte peruano/
Chuto Wanka, Flor Pucarina, Picaflor de los Andes,
El Jilguero del Huascarán y Jacinto palacios.

Y luego tú JUANA REGINA
Con ese cáncer que es tu mismo cuerpo.

“Hoy no apesta la ciudad”
Todo lo demás es mentira.

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