
ARTÍCULOS, ENSAYOS, POEMAS , DESDE TAQUILI PUNO PERÚ; por: JOSÉ LUIS RAMOS FLORES zorrosabajo@hotmail.com Víctor Humareda: pintor de Lampa, Puno Perú
oráculo
2.2.11
27.1.11
Podrán lanzarte toda la lenguas, escupida de un sistema, Homenaje a Jose Maria Arguedas por Roger García Clavo Lima Perú

BRAMANDO COMO
EL RÍO
A José María Arguedas Altamirano
ROGER GARCÍA CLAVO
PERÚ – 2011
Podrán lanzarte todas las lenguas
escupidas de un sistema;
hasta hacernos recordar tu niñez de pongo
consolado por los árboles
a la orilla del río.
Río que brama como hombre herido,
como animalillo sin dueño
o pequeño a la hora de la cocina,
que alrededor de las cenizas
va encendiendo con lo que quedaba del pan,
el amor al Pueblo;
II
Con tus llanquis híbridos
en el barro que nos dejaron,
ibas escribiendo las ideas,
madres de tu llanto,
del campesino y del pescador.
Tu queja de becerro,
zurriado por el Cutu
dura más de cien años en nuestros corazones,
más de lo que las causas
esperan de las flores del jardín
que nunca te pertenecieron.
Pero a escondidas
ahí cerca del río
entre los maizales y papales
ha quedado tu escritura como un cause,
como un jardín de horizontes
para tus hermanos
de danza
y consternación.
III
José María
viajaste tanto
para definir la frescura del campo
pisoteado y empañado a más de un siglo;
metáfora de todo éxodo,
de toda peste innatural
a la hora del sueño
o de la muerte.
En ese transe
fuiste contra la sombra
a la hora de la claridad,
y caminando
contra la esclavitud de la sonrisa
llegaste a la galera, al Sexto,
donde las ratas seguramente
tuvieron mejor privilegio
que la libertad.
El frío, José María,
pasó el número de tus manos
sobre tu frente de hombre
originario de los hombres
hasta consultar con los dioses
tu rabia y tu amor por el gavilán.
IV
José María
en nuestro corazones
permanece la ilusión de un pueblo embellecido
que tú soñaste;
está insistente con la danza de los árboles
macheteados y esculpidos
que tú un día sembraste
echando al despeñadero
los nidos del gallinazo,
con todo lo humillado.
Cómo habrás festejado
al momento de ver el cielo ennegrecido
sobre la cabeza del cacique,
pidiendo casi de rodillas, casi religioso,
que le parta un rayo
desde su corona
hasta las entrañas ultrajantes
de los necesitados.
Cómo habrás esperado la última luz
para maniatar el pan con tu lengua
y repartirle entre las trenzas jaloneadas
a la hora del afonía de las yerbas
y del grito innecesario.
ghui V
Estamos recordando tu voz
casi quebrada con el yaraví y la quena.
Estamos mirando tu rostro definitivo
para que en el momento indicado
alcemos el puño tempestuoso
y defender la frescura de una historia
aplazada entre las piedras y el río.
Estamos viendo el color de tus ropajes
a la hora de la fiesta,
a la hora de tu llanto con las estrellas
y a la hora de tu amor por la mujer y la tierra.
Estamos hablando de tus ideas
y de tus hermanos;
de aquellos que bajaron como cóndores
para sangrar el lomo del caballo.
Estamos aquí palanqueando nuevamente
la utopía de los pájaros
para escapar del hambre
y volar sobre los caminos,
sobre los ríos y el mar.
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VI
Bramando como el río
te afanaste a no regresar de tu llanto,
a no retroceder con tu amor y tu amargura
por nuestros corazones andeneados
de reposo e inquietud en la siembra.
Tronando como trompo te desplazaste
sobre los hombros de los niños
desponchados en el frío,
casi con los pies engranados
en la pelota de trapos;
pero también al borde de la cintura
el sollozo de tu ausencia
y el gemido de la madera.
VII
Padre Apu Mayu,
tu hijo vivió entre los hombres,
entre el colibrí y el cóndor;
danzando con la antara
debajo de los rosales
y los puentes zapateados
de adioses y euforia
al otro margen del río.
Ahí, en el pastoreo,
las rocas enmudecieron con el látigo
hasta que las mantas
más coloridas que el arcoíris
fueron tapando los cerros
con voces compuestas de esperanza.
Padre, tu fuerza de torrente
dicto a tu hijo, a tu hermano,
la canción de los corazones
que mantuvo al campo y al trigo
en el verdor y la persistencia de nuestros ojos
casi prohibidos a la gratitud de la tierra.
Pero tu bordado mandil de pájaros
hizo volar las retamas
a nuestros fogones
llenos de espera contra el agravio;
porque antes de ti,
tampoco fue fácil la vida.
VIII
Muchos no estuvimos a la hora de tu muerte,
pero nos duele la blancura de la lumbre
que habita tiritando en el vestigio
labrado por el fuego
hace más de cien y quinientos años.
Te fuiste primero,
para advertirnos
que viviste como los hombres
de chuyo y sombrero
huecos con la lluvia y los besos.
Te fuiste danzando
con el brillo de la tijera
y cortando con su acero
los cercos de nuestro pueblo,
tu pueblo atravesado
por el poco a poco de una apetencia
de sangre y suelo.
IX
Contigo aprendimos a cantar la poesía de los ríos.
Contigo los hombres tristes,
aquellos de ojotas de cuero
y carne descalabrada en la arriería y la siembra;
aquellos que amarraron su cintura
con cancha y trapos retaceados;
aquellos que quemaron su piel
en la oscuridad de las minas y sobre el frío;
aprendieron a mirar el sol,
más allá de las abras, de los pasos y desfiladeros.
Contigo aprendieron a cortar el llanto las tijeras,
allá en las lomas
y la sangre desparramada por la patria.
Nos enseñante a decir
al hombre acaballado
con el amor de los errajes y la iglesia
que Dios es un hombre danzando
gozoso del violín, el arpa y la quena.
Contigo,
hoy se eleva el clamor de la quina,
la quinua y el machete
en cualquier ciudad, casi Lima,
hasta ensartar en nuestros corazones
el agua y la sonrisa
callada en estos días.
X
José María,
nada a cambiado desde la hora
en que quitaron a tu madre de tu camino.
Ni siquiera después de tus desvelos
viste el abrigo de los cautivos,
ahora los salvos ,
aquellos zánganos que matan al ganado
con el arado entre las raíces
tampoco descifran tu obra
en el parlamento.
XI
El momento que más necesitaste
alguien te abandonó con el pretexto,
de que los bueyes se enredaron
y te dejó con los cernícalos
que comen nuestra niñez
y nuestros fantasmas
llenos de palabras
y de luz desgranada en las espaldas.
Te dejó
con el incendio de todas las sangres
junto a los quijanos,
a los matos mar,
los favre
y a los bravo bresani;
perros hambrientos de la ternura
y de los huesos sonoros de tu escritura.
Con el tiempo
la sonrisa fue el engaño de tu muerte
y de nuestro dolor
que a puntillas nos hace menoscabo.
24.1.11
ARTISTAS DE TODAS LAS EXPRESIONES A PARTICIPAR EN EL tercer trueque cultural por las juventud Municipàlidad Distrital de Carabayllo lima perú
MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE CARABAYLLO
AGRUPACION CULTURAL INDEPENDIENTE CULTUR@ROCK,
CENTRO DE ARTE, JUEGO Y EDUCACIÓN DONABENY
ASOCIACION CULTURAL EDUCATIVA PUCAYACU
EVENTOS ROCK ARTE JOYPROD
CONVOCA A:
ARTISTAS DE TODAS LAS EXPRESIONES A PARTICIPAR EN EL
TERCER Trueque Cultural por la juventud
“Desconecta tu televisor y dale un tiempo al Arte”
DONDE LOS ARTISTAS PODRAN INTERCAMBIAR ARTE ENTRE ELLOS MISMOS Y CON LA COMUNIDAD, VENDER, RIFAR, SUBASTAR, REGALAR SUS OBRAS
(Pinturas, acuarelas, revistas, poemas, artesanías, juegos, maquillaje, magia, discos, libros, fotos, mascaras, títeres, etc.)
PROMOCIONAR SUS EVENTOS, ESPECTACULOS Y TALLERES A LAS FAMILIAS DE LA COMUNIDAD.
DANDO LA INICIATIVA DE ESTA MANERA A PROMOVER ESPACIOS DE INTERCAMBIO Y PARTICIPACION ARTISTICA EN EL MUNDO.
¿CUANDO SERA?
EL SABADO 26 DE FEBRERO DE 11 AM - 12 PM
¿DONDE?
ESTADIO “RICARDO PALMA” URB. SANTA ISABEL- CARABAYLLO
LA CONVOCATORIA PARA COORDINAR SU PARTICPACION E INCLUIRLOS EN LA PUBLICIDAD Y PROGRAMACION GENERAL ESTA ABIERTA HASTA EL VIERNES 4 DE FEBRERO DEL 2011
ESCRIBENOS A:
También búscanos en facebook como:
Truequecultural Rock Arte
LES AGRADECE LA ATENCIO PRESTADA:
Percy Pinto Avila
Bely Tapia
Sebastián Verdu
Carmen Ortega
Víctor Sampertegui
23.1.11
SALUDO Y AGRADECIMIENTO POR LA CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DE JOSE MARIA ARGUEDAS en la cueva del zorro Lima Perú

Por Sybila de Arguedas
20.1.11
Warma kuyay de Arguedas y los aportes por un Perú de toda las sangres por Tankar Rau-Rau Amaru, en la cueva del zorro Lima Perú
Los aportes de Arguedas
Por Tankar Rau-Rau Amaru (*)
A mí me gustan las canciones de Milder Oré Cabezudo. Escucho No hay secretos en el amor: invocación a la paloma mensajera para que vaya donde la amada ausente y le hable de la espera. Surgen entonces varias preguntas: ¿cómo es que rasgando hilachas de metal se puede expresar desgarramientos y presentir un mundo de recuerdos y olvidos más allá de nuestras miserias?, ¿cómo es que soplando tubos de caña se puede tejer melodías y despertar pasiones dormidas? ¿Y cómo es que ese cantante con apellido de pájaro, lector de Warma kuyay, pudo convertir el infortunio en alegría con palabras tomadas del viento?
Hablemos ahora del Warma kuyay de Arguedas. Usted ha leído ese libro y ha asistido, cual testigo furtivo, al despertar del amor infantil a la vista de la luna en una hacienda llamada Viseca. De pronto se habrá preguntado: ¿cómo es que juntando adjetivos y recuerdos se puede construir un mundo de palabras donde maqtillos y pasñas juegan en armonía cósmica con la naturaleza?, ¿cuál es el secreto para hacer bailar al español y al kechwa, dos idiomas de cuerpos atléticos, en una danza casi diabólica bajo el musical canto de las tuyas?
Son los misterios del arte. Y quizás de la genialidad.
Ahora hablaremos de Arguedas.
Cuarenta años después de su muerte muchos siguen preguntándose cómo una persona de aspecto simple, nacido en un pueblito llamado Andahuaylas, pudo tejer palabras kechwas y españolas, en una combinación de tonalidades jamás escuchadas, y convertir en literatura el vivir y el sentir de aquellos apestados de los Andes equivocadamente llamados indios. O retratar al tifus montado en un caballo vadeando el río para acabar con los habitantes de la comarca. O pintar cernícalos de alas doradas elevándose hasta el sol para beber su esencia. O nadar contra la corriente en Literatura, en una pelea solitaria y tenaz, motivado por una fe inquebrantable en sus Apus, en los pueblos de las sierras, en aquellos a quienes consideraba sus hermanos.
SUS APORTES
Los aportes del Taita son muchos. El más importante fue rebelarse contra la arbitrariedad de la Real Academia de la Lengua Española, oponerse a la dependencia en la lengua. En Literatura, desechó los mil estilos provenientes de Europa, creando uno nuevo. Sobre todo, nos enseñó a crear literatura a partir de nuestra realidad, en un país cuyos escritores hasta entonces sólo eran, como los monos, imitadores de supuestas culturas superiores.
En política, Arguedas advirtió que un país con excluidos no nos conduciría a buen puerto, que el Perú no sólo estaba constituido por los señoritos de origen español sino, principalmente, por aquellos cuya raíz estaba plantada en las profundidades de los Andes. Nos dijo que la propiedad en el Perú del siglo XX (las haciendas) tuvo su origen en el robo, y la propiedad que nació del despojo de ninguna manera podía ser considerada propiedad.
En una sociedad que caminaba hacia su autodestrucción, con formas de vida automatizadas (donde cada día que pasa los hombres se convierten en robots), nos dijo que el humanismo andino podía abrir nuevos caminos para solucionar los grandes problemas de la humanidad.
Y ante el avance del individualismo, nos dijo que el ayllu andino y el trabajo comunitario (minka) eran mejor que todo eso. “Y que no haya rabia”, decía como todo comunero. No era indigenista. Era un escritor kechwa. No defendía una raza. Hablaba de todas las sangres. Defendía una cultura, la andina, y una forma de pensar, más cercana a la solidaridad y a la ecología.
Sus libros son simples historias de gentes de diferentes pueblos, que lloran, que cuentan, que cantan, que recuerdan, que olvidan. Pero detrás de cada cuento, de cada historia, está oculta una advertencia, una sugerencia.
Todos los años tienen un nombre. El actual se llamará, o se llama ya, Año del Centenario de Machu Picchu para el mundo. Sin embargo, hubo una corriente importante, impulsada por escritores, políticos, empresarios y gente de la calle, para que se denomine Año del Centenario de Machu Picchu y del Nacimiento de José María Arguedas.
¿Y por qué este año no llevó el nombre del autor de Yawar fiesta?
El ministro de Cultura, Juan Ossio, lanzó un argumento indignante: “Recibí muchos comentarios para llamarlo el Año de José María Arguedas, pero el nombre de una persona es algo que no le gustó mucho al presidente Alan García porque otros podían venir con nombres de personajes que también son importantes y hacer privilegios era un poco complicado”.
Olvidó este ministro (que preside, paradójicamente, la comisión de celebración del centenario del nacimiento de José María Arguedas) que el año de 1992 se denominó Año de César Vallejo y el Encuentro de Dos Mundos y los años 1982 y 1983 se denominaron Año del Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar.
Hubo todavía cierta resistencia de los promotores de las denominaciones candidatas y surgió como segunda opción que el año lleve el nombre de la reconocida novela Todas las sangres, pero "tampoco le gustó al mandatario". “Sí, la última palabra la tuvo el presidente García”, dijo el titular de Cultura.
Mientras tanto, más de cuarenta congresistas movían cielo y tierra para llamar al 2011 el Año del Centenario de los Submarinos.
MIEDO. SOLAMENTE MIEDO
Alan García representa a la oligarquía y las transnacionales. Y la oligarquía, constituida por empresarios descendientes de los hacendados de antes, les sigue teniendo miedo a las obras del Taita. Arguedas denunció en sus escritos los abusos y las injusticias que se cometían en las haciendas y sembró la idea que acabó, finalmente, con el latifundismo durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado.
¿Y qué hubiera sucedido si este año llevaba el nombre del escritor chanka? Arguedas, que sigue siendo, a través de sus obras, un tábano de la conciencia y un peligro real para los nuevos hacendados que se han adueñado del país, cobraba vigencia en todos los rincones del país. La lectura de sus obras hubiera generado una corriente de renovación cultural y política, cosa que no le agrada a la oligarquía. Pero… Arguedas sigue avanzando, vigente, hablándonos, a pesar de todo lo que hacen por ocultarlo, silenciarlo.
REFLEXION
En nuestro país hay poca lectura y no se promueve la publicación de libros. Ni las autoridades ni las universidades se ocupan de algo tan importante como la promoción de la cultura. Ahora que estamos celebrando el centenario sería bueno reflexionar sobre la importancia de difundir los libros del Taita, un escritor incomprendido y ninguneado en su tiempo y ahora estudiado en muchas universidades del mundo.
(*) Autor de “Entre dos fuegos”, “Apaga las velas”, “Ojos de Rocío y otros cuentos”, “Allin kawsay y el poder en el Perú” y “Crónicas del socavón”.