Ya no detengas
al incontenible caudal
del río quedándose
tan solo
para aguardar
otro naufragio
en ajenos mares.
Tampoco
busques ciega
dónde recalar,
a pesar liviana
sea el desembarco
de los últimos celajes
ya apagándose
SORBO
Indefensa en apariencia
con tu cuerpo sin forma
y multidimensional traduces
una transparencia sola
comparable al resbaladizo rocío.
Pude cogerte de un sólo tirón
cuando atropellada bullías
majestuosa después de tu viaje
subterráneo, totalmente sepultada.
El resto de tu continente
qué sé, si arremolinándose
con la fragilidad del pastizal
desbordando sus orillas, jugueteando
tal vez con la solana vertical te golpeará.
Pero tu detenida espera frígida,
al momento cuando humana
brote las ansias de débil cristal,
a veces de un solo envión apaga el rescoldo.
Vaso con agua, prisionero de oxígenos
e hidrógenos tú no sabes por qué siendo
tan libre, diáfana e impetuosa terminarás
regada en los arenales inclementes
del desierto de mis adentros, en soledades.
ESLABÓN
No basta la palabra cuando
se trata de liberar la voz.
Siempre será necesario
acentuar sin temores las vocales
con las que hicieron sumisos, hasta
serviles a nuestro ayer.
Que ningún eslabón intente
enmudecer al grito nacido
después que las aguas fluviales
hayan aplastado la acidez de los mares.
Llegó el tiempo de uncir en cada mano
vacía, el abecedario y dignidad
en cada paso, porque siendo quienes
roturan caminos no es posible
aplacar resignado que llueva clemencia
a los de abajo. Sabemos bien,
siendo pocos los de arriba, existen.
Ha llegado a pesar de todo, todos
estar en el llano, nadie a la defensiva,
nadie esquilmando al semejante.
Si acaso disfrazado o simulando
metamórficas argucias con palabrejas
barnizadas, ya no podrán sortear el tamiz
implacable después que tanto costó
romper eslabón tras eslabón las cadenas
de siglos de explotación, a la vez
descorrer bien el rostro de la metamorfosis.