oráculo

4.5.11

Hoy me he despertado con el deseo de saber qué me dicen tus ojos Olinda, de Gary Alminagorta en la cueva del zorro Lima Perú


OLINDA





Hoy me he despertado con el deseo de saber qué me dicen


tus ojos Olinda, de saber cuál es la esperanza de mi


mañana, de saber en qué manos se depositan los designios


de mis sueños.



Una palabra al despertarme: Olinda, surca todo el


espacio cual arcoiris en verde campo, palabra que


quiebra la muerte de un andante en sonrisa, palabra que


se convierte en jugueteos radiantes de dos mariposas


niñas, nombre que se mutila para no herir a un corazón


mutilado.



Mas, Olinda, dime: ¿Podrá ser? ¿Se ofusca la noche de


tus cabellos? ¿Te niega la luz su ternura?, pero tú,


Olinda, eres… Bueno… Si tú supieras…



Hoy he gritado con mis pulmones, en estas arenas, con la


melodía del mar, tu nombre: ¡¡¡Olindaaa!!!



He visto marchitarse la noche, temblorosamente,


apoteósicamente, cobardemente, con solo la presencia de


tu nombre.



Ah, exhalo un suspiro meditabundo... Si me engañara, si


yo me engañara, ah, prístina muerte, felizmente existes,


pronunciaría una vez más con un grito universal:


¡¡¡Olindaaaaaaaaaaaa!!!




Gary Alminagorta




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