oráculo

5.1.10

ORLANDO ORDOÑEZ SANTOS. LA FLORIDA- MUQUI, JAUJA, JUNIN. EN ZORROS DE ABAJO



Orlando ORDÖÑEZ SANTOS.
La Florida-Muqui, Jauja, Junín. Profesor, autor de las siguientes Plaquetas: ARTE POÉTICA (Año XI Nro.167) JUNCO HERÁLDICO (Año VI Nro. 27) NAUTA DE PAPEL (Año III Nro. 23). Colabora en Revistas y publicaciones literarias.
Email:
artepoetica_2000@hotmail.com
oordonezsantos@yahoo.es
Telefs: 6244484
945871221

A CASA

¡Quién pudiera
descorrer el velo
tan invisible
con que está cubierto
la distancia?. Nadie.

¡Quizá el embate
solitario podrá
devorar dimensiones
desconocidas? Tal vez.

¡Quién será
acabado la noche,
al final
siga acunando
el sueño,
de llegar
a casa?
Solamente tú.



VASIJA DE NUESTROS DÍAS

En la arcilla de la vasija,
rebelde estará la ración inconclusa,
tu coraje de sembradora
llenando con creces al vacío ocasional
que, sólo trunca el alud de la tierra
devastando todo festín de las entrañas.

Poco dura la danza disuasiva
con pies de barro y papel.
Banales son los estertores caducos
del moribundo que se aferra
a su estrella incendiada de tanta felonía.
Acata con firmeza el retoñar del grito.

Volverán a poblar todas las callejas
escanciadas de ternuras
los mismos a quienes negaron
a la vuelta de la colina sembrar
a manos llenas las auroras tejidas
con el escarlata de la cantuta y del colibrí.

La arcilla luego, orgullosa, redentora,
volverá a entonar en las alturas su canto
de melodía subterránea, aquella perseguida
por el puñado de míseros retrógrados
que hacen del felino, un vegetariano
y del bovino, rata inmunda y corrupta.




ARPA DELIRANTE

Rastrillando, en cada arpa
está Paulino Ordóñez

El arpa entre los brazos
tenía una infinita melodía
incrustado en el corazón cautivo,
disimuladamente
despercudía
su vibrante y lacerante latir.

Sin duda, de Paulino
aprendí
sin titubeos
a levantar la mirada,
porque ya otros caminantes
habían hallado
la inexactitud,
entonces ¡Vámonos!, decía
al son de cada rugiente delirar
de la cuerda arrebatada,
antes que amanezca
tropezando con los guijarros
del caminito arbolado de Carhuamarán
rumbo a La Florida
allá, hasta la lluvia tiene otro plañido,
a veces, moja menos que las penas,
menos que los lloros.


TRIGAL

Cada vez
que levanto
la puñada
de trigo
veo iluminado
la hoz
recién púrpura
eclosionando
de la fragua
donde
con el fuego
todo se ablanda
hasta la indolencia
del testaferro,
lacayo
de vulnerable
mascarada.

El trigo
pese a su blanco
corazón,
encarcelado
no podrán,
menos sangrarlo,
porque mañana,
pan será
… no podrán con él
pese a la siega,
pese al rastrillaje.

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