oráculo

19.2.13

Diagnóstico Situacional y otros poemas (Edición Póstuma / Marco Cueva Benavides) desde la cueva del zorro Lima Perú




Ornitorrinco editores nos presenta Diagnóstico Situacional y otros poemas (en una edición póstuma) del escritor Marco Cueva Benavides, Pacasmayo 1946 – Chimbote 2012. Egresado de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
Poesía médica de vida y amor constructiva de ese calor que falta a la humanidad ese humano corazón que se puede dar más por nuestros pueblos de esa igualdad médica para todos, hace ver la realidad y con ella desea el cambio para todos llena de vida en una relación gobierno pueblo y el principio de felicidad con el verso y la palabra ante todo (W.G)
Condenado a no vivir   
                                                 A Noé Villanueva
No robó a nadie,
tampoco mintió ni ofendió,
jamás agredió a su prójimo,
ni tuvo tiempo de odiar
a alguno de sus enemigos.
Nunca fue apresado ni detenido,
tampoco secuestrado o torturado,
menos acusado,
juzgado,
defendido.
Sin embargo
fue condenado a no vivir,
por el único delito
de ser un niño pobre del Perú
y querer ser mañana un proletariado.
Diaria despedida
Cada día me levanto
y dispongo de la vida
como si fuese el último
de mi existencia,
le digo a mi compañera
ahí está la llave,
aquí el dinero,
estas son mis deudas,
aquellos mis versos
que dejó el invierno.
 
 
 

7.2.13

Porfirio Mamani Macedo, "La Luz del Camino". Desde la cueva del zorro Lima Perú



La Luz del camino
 
Libro publicado en lima en 2010 en la editorial Hipocampo. Ha sido traducido al francés en la Maison International de Poèsie de Saint  Malo.
 
 
La luz del camino
 
Tengo este sueño para seguir andando.
 
No siento dolor, no quiero sentirlo,
ni el sol ni la nieve, en el nublado horizonte.
 Unos fortalecen sus brazos, no su corazón,
otros enriquecen sus manos, no su corazón.
 
Tengo esta Luz para seguir andando.
 
 No siento ni sed ni hambre en el camino,
ni el viento ni la lluvia golpean mi cansado cuerpo.
Entre olivos y peñascos me siento.
 Miro el universo, el cielo y las nubes.
 
Tengo este sueño para seguir andando.
 
En silencio voy por el sendero ya andado,
y busco mi nombre en el vasto laberinto.
Miro las piedras y las ramas, miro de dónde sopla el viento.
 
Tengo esta Luz para seguir andando.
 
 Me acerco al centro de la noche,
entre luces sigo la huella de la Luz.
Unos nutren su cuerpo, no su corazón,
otros adornan su cuerpo, no su corazón.
 
Tengo este sueño para seguir soñando.
 
Un río, una montaña, un árbol,
para reposar junto a ellos mi viaje.
 Marchitados quedan los caminos mal andados,
tristes las huellas mal dejadas.
 
Tengo esta Luz para alumbrar mi casa,
 la tuya, la nuestra, la casa que llevamos dentro.
 Desde una piedra abracemos el sueño que tenemos,
desde otra, dejemos que la Luz abrace nuestro cuerpo.


  Porfirio Mamani Macedo, "La Luz del Camino".

6.2.13

VIENTOS QUE SE VAN (poesía) MANUEL OLÓRTEGUI ÁNGELES, desde la cueva del zorro Lima-Perú







Ediciones Vicio Perpetuo nos presenta "Vientos que se van" del joven poeta Manuel Olórtegui que en este su primer libro de poemas nos muestra un ramillete de verso al amor, ilusión, encanto y desencanto de la vida, versos suaves y cadencioso, frescos poemas para un primer libro.



TÚ EN MÍ:

Tu mirada me tensa,
tu sonrisa me calma
y tu voz me adormece,
como la mar inmensa
que bajo el cielo mece
esa gran ola densa
que envuelve toda mi alma
y mi amor engrandece.





25.1.13

Homenaje a Domitila Chungara, una Líder innata de la clase obrera Boliviana, desde la cueva del zorro Lima perú



  HOMENAJE A DOMITILA CHUNGARA


Domitila Chungara, una líder innata de la clase obrera minera, plasmó su obra no sólo con su lucha y conducta sindical, sino con su aporte intelectual. Recibió el reconocimiento de escritores de renombre y obtuvo varios premios, tanto nacionales como internacionales.

 La vida de esta valerosa mujer, que falleció este martes en la ciudad de Cochabamba a la edad de 75 años, quedará grabada en la historia de Bolivia.

7 de Mayo de 1937.- Nace Domitila Chungara en el campamento minero de Siglo XX en Potosí. Su madre era de la ciudad de Oruro y su padre fue dirigente obrero, que fue apresado por sus actividades sindicales.



DOMITILA CHUNGARA

¡Oh Domitila Chungara!
de las pampas de sora sora
breve gaviota mineral
socialista de algodón
en tu cabellera verde
fuimos cataratas de Iguazú
fuimos epifanías en potosí.

El pez en el agua
atravesó nuestra carne
atravesó el coito final.

Peces de contra natura
camarada cubano
cuando la tarde es mapuche
marchemos a la casa de cartón.

El sol se detiene al extremo
donde tengo la citara de Itata.

!Oh Domitila Chungara!
yo se bien que este rio
no sale del consejero de lobo.

El humo de los puentes se pierde
en los ojos de muchos mártires.

Inche ta Mapucheyen
Domitila yo soy Mapuche
Soy Amantani del último réquiem.

JLRF
2013 
zorrosabajo@hotmail.com
 

20.1.13

LA HERMANDAD DE LA NIEVE JOSÉ VICENTE PASCUAL Ediciones EVOHÉ. 2012, desde la cueva del zorro Lima- Perú


 
LA HERMANDAD DE LA NIEVE

JOSÉ VICENTE PASCUAL
Ediciones EVOHÉ. 2012
Crónica de un poeta que habita en las nieves leonesas sobre una novela escrita para las nieves de Granada.
La hermandad de la nieve posee un conjunto de aspectos capaces de convertir una novela histórica en obra literaria sin más adjetivos, es decir, en una obra de arte: la puesta en escena, el tratamiento de los personajes, el lenguaje, el misterio… el poeta, en este caso el novelista, busca siempre a Homero, y en esa línea, a Robert Graves o Marguerite Yourcenar, por no sembrar el pánico con nombres de más actualidad.
 Es de agradecer la intencionada ausencia de la Granada romántica con sus misterios y mitos sobre la Alhambra, así como la presencia y descripción de un paisaje más auténtico, una tierra de ministriles dando crédito a la lucha de clases en la que se desarrolla el relato. Aunque misterios no faltan, y los miembros de la Hermandad de la nieve se verán en la ocasión de salvaguardar bajo su custodia algunos de ellos, ocultos en unas cuevas de la sierra: un tesoro real y otro falsario. Me refiero al manuscrito de El lazarillo de Tormes y a los Libros Plúmbeos del Sacromonte.
*
           Esta nueva obra del veterano y prestigioso novelista José Vicente Pascual (Madrid, 1956), puede encuadrarse en el género histórico y así se hace constar en la portada de la preciosa edición, de 350 páginas, publicada por Evohé.
De una “novela histórica” lo que menos le suele interesar a un poeta, a priori, es la historia, puesto que ya la suele conocer, y, si no es así, prefiere recurrir a los especialistas en la materia antes que exponerse a que cualquier autor mal documentado le someta a la tortura de sus veleidades narrativas. Lo que suele buscar es un conjunto de aspectos capaces de convertir la obra en literatura, es decir, en una obra de arte: la puesta en escena, el tratamiento de los personajes, el lenguaje, el misterio… Para no desorientar al lector, el poeta busca siempre a Homero, y en esa línea, a Robert Graves o Marguerite Yourcenar, por no sembrar el pánico con nombres de más actualidad.

Es más, resulta al poeta gratificante que el autor se tome el atrevimiento de “inventar” la historia, sin con ello se contribuye a resaltar algunos aspectos que la historia real ha dejado oscuros o no se ha ocupado de desentrañar suficientemente, bien por considerarlos irrelevantes, bien por desconocerlos y no atreverse a imaginarlos. Cree el poeta que las grandes obras de la literatura gozan de estos elementos y a la cabeza de todas ellas pone El Quijote de Cervantes. Cuánto haya de real o de irreal importa poco si el resultado es un estudio del comportamiento humano. Para Platón el poeta, el escritor, debe contar con lo verosímil más que con lo veraz.

Con esas coordenadas, La hermandad de la nieve de José Vicente Pascual no podía menos que entrar en el ámbito de interés de este poeta una vez sabido, y hay que agradecer al lector que sea el mismo autor quien lo proclame abiertamente, que no existió la “Hermandad de la nieve” tal como de ella se habla, pero que sí existió una Granada recién conquistada por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón  que fue ciudad en la que se concentró la sabia que nutriría en muchísimos aspectos la modernidad occidental. Y también existió la nieve con sus diecisiete formas de nevar.
¿Qué es lo que se dispone a encontrar el lector, entonces? Pues lo que se encuentra es una familia de  montañeses procedentes de las tierras altas de León, quienes, por circunstancias de la guerra, se encuentran en la Granada recién conquistada  y deciden afincarse allí, abandonado el servicio de armas que ejercían a las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdova, y dedicarse a bajar nieve de la Sierra Nevada, convertirla en hielo y distribuirla por las casas de una nobleza que se encuentra recién instalada en una de las ciudades más misteriosas de la península. Una ciudad, Granada, en la que la convivencia con los residuos de la nobleza musulmana destronada resulta harto complicada para ambas partes, vencedores y vencidos.

No es asunto baladí recrear el vacío imperante en una ciudad que durante siglos ha conocido una forma de vivir totalmente opuesta a la de los nuevos amos y señores; se requiere para ello una habilidad tan solo al alcance de un narrador experto, muy experto, como lo es el autor de más de veinte novelas, algunas de ellas como “Juan Latino”, “La diosa de Barro”, “Homero y los reinos del mar”, con un entramado similar al que nos propone el autor, y la misma ambición de perfeccionarse en la tradicional “novela histórica”, para recrear y recrearse en la invención de un mundo narrativo completamente autónomo y singular.
La familia leonesa de los neveros, instalados en Granada, pronto va a tener que sortear los conflictos con la vieja y rancia nobleza castellana y con los otrora orgullosos nazaríes, muchos de los cuales han devenido en moriscos (cristianos “nuevos”),o bien ocupan posiciones en las Alpujarras como rebeldes y levantiscos que todavía sueñan con reconquistar su mundo, ayudados por el poderío turco del momento. Aunque serán las mujeres, un elenco de media docena de ellas, con una marcada personalidad que las hace sugerentes y distintas, las que se irán haciendo dueñas del relato.

La Que No Dice Su Nombre, con ser la menos descrita y retratada, resultará a la postre la de mas calado por hacerla el autor “médium” entre estos dos mundos, el que fenece y el que nace. Sería ocioso reseñar aquí las características comúnmente atribuidas a estos dos mundos, el musulmán y el cristiano, y su tremendo antagonismo en aquel siglo XVI en el que Isabel y Fernando iban a terminar la Reconquista e iniciar la unión de los reinos cristianos de la península. Aquella unión que sería, a la larga, fundamento de uno de los grandes imperios que en la historia han sido, conquistador de un nuevo mundo y propagador de la fe cristiana a latigazo limpio y con una fe curtida en las hogueras de la Inquisición.

Jose Vicente Pascual
No quisiéramos olvidarnos de la principal protagonista: la nieve. Porque, así como la hermandad es fingida, no lo es la nieve que cubre las laderas del Mulhacén y que señorea sobre una ciudad con clima mediterráneo, fría en invierno y con unos estíos implacables, en los que un pedazo de hielo puede resultar un bien tan preciado que aquellos que dispongan de dinero se propondrán con avidez conseguirlo. La nieve es, pues, la protagonista de este libro y en torno a ella giran, como satélites, personajes y situaciones que no vamos a revelar en pro del argumento. Pero sí avanzaremos que no son los leoneses, las tres generaciones de neveros, gente de desorden sino más bien partidarios de contemporizar y acomodarse al devenir de la ciudad que nace “ex novo”, como perla de la corona de Castilla y Aragón, sobre las cabezas de dos jóvenes reyes que se disponen a dar un vuelco a la historia hasta entonces conocida.
De los “materiales” que tal vez para otro autor hubieran sido de interés, muchos han quedado fuera de la obra. Tal es el caso de la princesa Cetti Mariem y su marido Sidi Yahya, sobrina ella del rey de Granada. A pesar de lo cual, una vez bautizados y conversos, él será nombrado Alguacil Mayor de Granada, Principal de la Caballería de Santiago, Beneficiado de las salinas de La Malahá, señor de la Tahá de Marchena y marqués de Campotéjar. Recibieron los nombres cristianos de Doña María y Don Pedro de Granada Benegas.
No ahorra el autor sus juicios personales, puestos casi siembre en boca del muy ecuánime y juicioso Álvaro de Bayos, narrador y protagonistas del relato, como cuando dice: “Usarcé lo ha dicho hace unos momentos. Allá donde hay guerras y ejércitos en campaña surgen muchas oportunidades para los hombres determinados en busca de fortuna… (pág 26).  Ni tampoco deja de hacer referencia en algún momento a la “Pragmática de los Reyes Católicos” de 1505, por la que se obliga a los musulmanes y judíos a bautizarse; ni al Cardenal Cisneros y sus órdenes de quemar los libros santos de los musulmanes en Granada. Ningún asunto que pueda arrojar alguna luz sobre el comportamiento imaginado para sus personajes ha sido dejado a un lado, con lo que al final de la lectura, uno se encuentra imbuido del ambiente que pudo respirarse en aquella maravillosa ciudad de Granada recién rescatada de las manos del famoso Boabdil, a quien se le ahorra el escarnio de escuchar la famosa frase que se suele poner en boca de su madre: “No llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre”; frase que el autor reputa invención de algún poeta romanticoide, estragado por el mito exótico de una Granada de “intrigas en el paraíso” que en realidad nunca existió.


Es de agradecer la intencionada ausencia de la Granada romántica con sus misterios y mitos sobre la Alhambra, así como la presencia y descripción de un paisaje más auténtico, una tierra de ministriles dando crédito a la lucha de clases en la que se desarrolla el relato. Aunque misterios no faltan, y los miembros de la Hermandad de la nieve se verán en la ocasión de salvaguardar bajo su custodia algunos de ellos, ocultos en unas cuevas de la sierra: un tesoro real y otro falsario. Me refiero al manuscrito de El lazarillo de Tormes y a los Libros Plúmbeos del Sacromonte. El primero de ellos (1554) fue declarado maldito por la Inquisición, de cuyas manos tratan los neveros de salvaguardar una copia. Los segundos fueron declarados falsos y heréticos por el papa Inocencio XI en 1682.
Entre las capitulaciones de 25 de noviembre de 1491 y 1568, cuando los moriscos nombran rey de Granada a Aben Humeya con el beneplácito del Sultán de La Sublime Puerta, guardada por las ambiciones de Selim II, puede situarse la acción de esta novela muy bien escrita y diseñada al modo de un guión cinematográfico. No se trata de una gran epopeya plagada de episodios cruenta (aunque acciones bélicas no faltan en el relato), sino la dura y áspera aventura que supone salir adelante, sobrevivir a tiempos de calamidad, a una familia que no pertenece a ninguno de los dos mundos enfrentados sino a la clase de gentes que perviven gracias a su tesón y su trabajo, sin dejar por ello de involucrarse en los acontecimientos históricos que marcan su tiempo.
El poeta ha creído encontrar en La hermandad de la nieve de José Vicente Pascual un modelo de lo que él (el poeta) entiende por novela histórica, siguiendo el gusto de Platón.
         
JOSÉ ANTONIO LLAMAS
León, 2013