oráculo

2.11.12

Piedra y Gaviota Para él que vive allá en el Mediterráneo ; Elisa Alcántar Cereceda, desde la cueva del zorro Lima Perú







Para él  que vive allá en el Mediterráneo ; 
Muso  que no imaginó hacerse 
 tinta  en este  hecho poético...



Todos los textos pertenecen a 
Elisa Alcántar Cereceda ... Lichazul 


Piedra y Gaviota


1.-Arropada

"Necesito que me arropen...El Muso"
 Quiero quedarme en vos
agarrarme de tus ideas y de tus ganas,
como una noche eterna
como una pequeña luz en tu cama
como la última nota de tu canción.

Quiero ser tu secreto
escuchar ese verbo de madrugada
como sostiene la vida en tus palabras,
ser la vida en tus pupilas
y girar en tu atmósfera plena.

Quiero perderme en vos
recorrer tu sendero húmedo,
como una gota que despierta
en ti la fantasía y el éxtasis
y ser solo tuya en tu espacio.

Quiero calcarme a tus huesos
hasta la médula de los arrebatos,
llenar cada palmo de esa carne fiera
ahogar todas mis penas en tus besos
y compartir  el nuevo comienzo
arropada en tus abrazos.

2.-Último Bastión


"Hay inviernos que nos dejan a la intemperie, sin abrazos.
Siento el frío de este diciembre...El Muso"
 Piedra angular de mi deseo
 elucubración vital en mi cama
 duende lejano de mis palabras
 recia voz , viril palabra
 oasis que en mi desierto florece.
Porque todas las cosas me llevan a ti,
desde la penumbra de mi pequeña ventana,
 hasta tu sol arrebatador,
 si lo quieres puedes hablarme ,
 aunque las palabras tiemblen y
se precipiten como corcel brioso;
 son simples; como simple es mi mirada,
y aunque deje pisadas llenas de melancolía,
no es una locura la que te asalta,
es mi ansia de conocerte más allá de la utopía ,
no cierres la opción de una pasión .
Quizá es lo que nos arrope en los inviernos futuros,
quizá sea lo que nos salve de la responsable rutina ,
quizás tú seas mi último horizonte
en donde cobijarme sin miedos ni soledades fieras.



  3.-Soplo de mar


"El sur es un estado de ánimo...El Muso"
Tropiezo con tu voz de ruiseñor,
mi baile es el torbellino ,
en el giro quedo cual gaviota desorientada,
ilusa fragata de nubes salinas y  vuelos perdidos.

Te llamo con el retumbo de la ola,
presa soy de mis mareas constantes,
inmersa en soledad, sombra de la noche , orilla y cal.

Despierto en tu ensenada ,
viento y rito , veleta viva mi cantar,
abre tus brazos piedra lejana ,
con tu mirada , con tu palabra esquiva,
no ves que mi tiempo se acaba.

La distancia es un páramo ,
uno en donde el silencio reina
no alcanza mi consciencia para velar tu sueño.

Dueño es el tiempo de tus torres de babel,
apenas un soplo de mar soy ,  sombra que te roza
que te besa , que te piensa desde el sur.


   4.-Primavera fugaz


"Cuánta gente no sabe leer amor.
Quizá no se merezcan tus letras...
ni la primavera. O si lo merecen,
hay que sentarse con ellos a leerlos,
como si aprendieran las primeras letras...El Muso"


A qué escribir poemas de amor
si no te das por aludido?,
eres miope lector
o bien tu nido lo llenas con otros cantos.

Veleta mi voz , soplo marino,
horizonte lejano, vuelo perdido.

Me iré con mis palabras giradas,
con la cordillera nevada de ilusiones rotas,
mala hora ésta la de fijar mi punto de atención
en territorio yermo e  invariable.

Tu distancia es un paréntesis que no se abre,
un olvido silencioso, un vocablo amable.

Todas las nubes desaguarán el deseo
en mi huella de mujergaviota,
 Cupido vuelve a hacer de las suyas,
cuando mis años ya no contaban glorias.

 5.-Loca tinta


"Quizá deberías escribirlo en la piedra misma y después,
cantar al viento...El Muso"
Eres la única piedra en mi camino,
la única roca en donde fijé mi canto,
últimos años de carne firme
deseos lluviosos  y boca vehemente.

Mala idea se metió en la cabeza
las piedras son duras y  ausentes ,
pero,  qué puedo hacer si ya has sido?,
asumirlo es el destino en soledad .

Bendito el duende que buscó abrigo
 en este sendero de verbos y metáforas,
llana es la mano que abierta quedó;
 colgados de las nubes los pulsos
los espejos, los reflejos toscos de mi voz.

Éste será lo último que para ti escribo
nadie es culpable de lo que no pasó,
loca tinta qué mal interpretó
un arropo deseo de otoñal  ilusión.


6.-Pluma en la piedra



"No hay nada distante para la palabra.
El horizonte siempre amplía...El Muso"


He de pronunciar tu nombre
como si fuera la niebla de mi alma toda,
como si la espesura de su sonido
borrara cada huella que quedó en la vereda ,
he de pronunciarte sin apuros, sin estruendos.

Pobre de mí, poesía de las rocas , escarpado destino ,
pobre abrigo de las noches en vela.

Nombro cada letra en tu vigilia de estudios,
en tu manatial de silencios mediterráneos,
en cada idea desde mi pacífico borde,
mi orilla insomne de gaviota vencida.

No es un canto de amor ,
es uno de restauración del horizonte ofrecido,
giro en solitario, abortado sueño , pequeño sustantivo.

He de soltar la lluvia que mis ojos frenaron,
tanta sal , tanta sed, tanta agua viva.
Dejaré mis manos libres de carbono,
las dejaré al soplo del viento errante
como en aquel instante
en donde Cupido apuñaló  mi corazón.

Pluma en la Piedra , dejé el nombre en ella,
 soplo, agua y distancia
borraron la marca de esta ilusa gaviota.
 




29.10.12

MARÍA EVA DUARTE Libro: En nombre de sus nombres Capítulo: Nombres en los eclipses (mujeres argentinas) desde la cueva del zorro Lima Perú




MARÍA EVA DUARTE
Libro: En nombre de sus nombres
Capítulo: Nombres en los eclipses (mujeres argentinas)

Mientras la mayoría del pueblo la llora con desconsuelo, en algunas paredes de los barrios aristocráticos alguien escribe: “Viva el cáncer”. Tenía 33 años.
Buenos Aires/Argentina (1952)

Encarcelada adentro de mis pieles,
el alma se debate entre las llagas
que saquearon su cuerpo,
a pura furia,
en estas coordenadas del silencio
donde sucede el tiempo en espirales
y la agonía duele todavía.
Aunque el fétido aliento de la muerte
ya no rompa,
con uñas amarillas,
los baluartes del útero infecundo
donde engendrara el cáncer su paisaje.
Soy
apenas
la máscara de la hembra
que odiaron los señores biencomidos
desde lo más profundo de sus vísceras.
Soy Evita,
la intrusa resentida,
la virtuosa,
la puta,
la arrogante;
la que mantuvo un odio apasionado
por los olvidos,
por las injusticias.
Y alzó una represalia en torbellino
que consumió sus días
y sus noches
y el desleal desenfreno de su sangre.
Desterrándola al hondo cautiverio
de una perpetuidad inconmovible
donde habrán de golpearla,
mutilarla,
temerle hasta el espanto y la locura.
Condenarla a un atroz peregrinaje
al que será entregada por bastarda,
por hija de la chusma,
por fanática,
por conducir legiones desdentadas
hacia la dignidad que les adeuda
la rapiña legal de los farsantes.
Soy Evita,
la madre irrespetuosa,
la que no consintió con su destino
de sirvienta,
operaria,
costurera,
discreto pasatiempo de señores
en alguna evasión de mediatarde.
Y se jugó la vida
a todo o nada.
Porque tuvo el coraje,
la fiereza,
la razón, el arrojo, los ovarios
para parar el juego
y dar de nuevo.
A pesar del agravio interminable.

Si te agrada. dale clic al ME GUSTA que se encuentra en la página de autor
http://www.facebook.com/pages/Norma-Segades-Manias/247995385252904

13.10.12

Un Homenaje al poeta Peruano Antonio Cisneros, desde la cueva de zorro Lima Perú

 Antonio Cisneros
 Campoy, foto de Karen Zarate, archivo del diario peruano:
El Comercio Fuente: Imagen tomada de, el comercio.


Taberna

En las tinieblas los cuerpos envejecen
sin que nadie repare en el escándalo.
Un rostro amable y terso se confunde
con los belfos que van hacia la muerte.

Por eso somos hijos de la noche
a la puerta del templo. Un lamparín

es también el anuncio de reposo
para los cazadores extenuados.

Una taberna, por ejemplo, es en la noche
el frontispicio de las maravillas.

O al menos una luz en las colinas
donde rondan los perros salvajes.

Nadie teme a la muerte adormecido
en su mesa de palo y sin embargo

entre los altos vasos apacibles
se enfría el corazón con la insolencia

(y el encanto tal vez) de un tigre adulto
en la plaza del pueblo a pleno día.

Ninguna confidencia en verdad nos degüella.
Ni la risa recuerda a un jabalí

de pelambre dorada y fino precio.
El páncreas es un campo de ciruelas.
Los diablos apagan la linterna.
Aguardan (como suelen) donde cesa la luz.



De: Propios como ajenos
Antología personal
Editorial Inca, Lima, Perú 1989


7.10.12

Gloria Dávila Espinoza, Huánuco 1961 (Perú).Desde la cueva del zorro Lima Perú





---
* Gloria Dávila Espinoza, Huánuco 1961 (Perú). Es ponente internacional, maestra, poetisa, narradora, promotora cultural, y activista indígena. Políglota: Alemán, portugués, inglés, quechua y castellano. Con estudios de Doctorado en Ciencias de la Educación.  Traducida al alemán, inglés, portugués, catalán, rumano y francés.  Tiene publicado 6 libros: Redobles de Kesh, Kantos de Ishpingo, La firma, Danza de la Noche, El hijo de Gregorio Samsa, y La casa del demonio. Ha viajado por Europa, América y Centroamérica y recientemente ha sido invitada a Korea del Sur. Ha sido premiada, dentro y fuera de su país, y forma parte de innumerables antologías en medio oriente, Europa, América y Centroamérica.




** Ganadora de una Mención de Honor en el I Concurso Internacional de Poesía "Rumbo a Grito de Mujer" organizado por Diablos Azules y MPI.
 
 

Letanías de una sombra

Sé de la penumbra en vuelos y hielos pétreo
que escarban en gritos, a mis carnes, a sus huesos
y en su sed de zarpar, los vientos,
atizan su magma; en odios,
y cuando epitafios se escriben en mi nombre
anzo, conmigo y todos mis demonios,
después de tanto más no poder,
canto en silencios sepulcrales,
en donde nudos de sierpes
son falanges llamando
a mis almas todas

y en razonamientos y teorías
de Empédocles, escrutan mi muerte.
Soy polvo del desierto,
frágil espécimen,
desteñida sonrisa,
mientras en tu exilio disparo al sol
el borde de mis abismos en vorágines y fauces
al verme exhalando mis esencias
cual desnudas mariposas
sin alas ni pigmentos.
Y, después de berrear al hartazgo;
soy el fuego que perfila en el nombre
de las sombras del mar
que como ecos en sus rocas perdidas,
vuelven sus miradas extasiadas para ser
el agua, el fuego, el aire de Anaxímedes.
y la tierra por donde escudan mis lenguas.
Escribo en mis ojos, los mares
que jamás anudan calzados

porque aquellas no la cubren, en tanto
mis clavos y maderos en pies y sus olas
son talladas rosas de verano
y a pesar que ella no sabe nada de nada, y
desiertos irrumpen tragedias,
mi patria es el río.
Apenas habito lo inhabitable,
me lanzo hiriendo silencios,
en donde soy acordeones en piel,
en las que descubro que no hay edad sin embriaguez
y sin más muertes que las mías,
mientras visto de cenizas
fagocitando esquinas
mis plumas acuáticas, se erigen.
Por manías de saberme abismos
pervivo en su tiempo
como popa de un barco
zarpando en un tren de sierpes
como escudo,
en donde mi espuma
es logia negr
y sus mantos,

fauces gritando a sus piedras…
¡Piedad…!
Ten piedad por mí...
Y aún al borde del miedo, que escupe la roca,
el amor devasta su antorcha
ésa que me erige en su grito; en ese mismo grito
en el que la noche inunda sus pasos
para hundir su daga en mi alma
al filo de mi coraza.
Dormito en mi garganta
y la rosa erosiona mi nombre hasta el morir;
la noche astilla mi rostro, para darme espejos de Ichic Ollgos.
Mi música es:
canto de cuervos y alacranes al rojo vivo,
trashumantes anquilosando sus iris;
fluyendo como germen del caos
en los odios que se escriben en mi piel
como epígrafes en su elixir.
No hay gruta cerrada
ni llaves en caminos,
el mundo escribe su epitafio
con mi nombre por vez nona.
Te debo todo lo que soy:
hiel,
musgo,
ciénaga
estío en fuegos fríos
piedra laja
acantilados;
y al final de mi voz
en donde el péndulo es sicario
aún mi sangrar no sea mar
sino roca menuda en su aorta
me oirás caer, y gritaré con el tiempo
como espuma en orillas de monzones.
Sé de la penumbra en vuelos,
de espuelas y hielos pétreos
vientres pañuelos
en donde el tallo es su voz en eclipses
mis ojos sus piedras,
mis manos sus ríos
y en tanto su eje no sea el mundo
no habré parido mil veces en sábados, la sed de mis caminos…

Tú dirás... mejor así…,
porque la rosa será en su cáliz
piedra feroz cargada a su pez,
rostro iluminado en pellejos viejos,
corazón de pumas en águilas rapaces;
y por fin , el perdón de penumbras
en pensamientos infinitesimales,
en donde el Céfiro en memorias de una fábula antigua,
sea hervidero apocalíptico
de espada blindada en siete cabezas girando.

Tingo maría, 26 de julio de 2011 (Perú)
© Gloria Dávila Espinoza
Del Libro: Miriabilias (poemario inédito)



Los ojos de la serpiente

Los ojos de la serpiente
me miran
y desde su oculta guarida,
gritan
como
en un

l a b e r i n t o.

muerden:

sus pies,
sus manos,
y cantan
como
rompiendo
e l t i e m p o.
aprisionan:
mis brazos
y piernas
y lenguas
y cabellos,
y piden garfios para mi alma
que hoy son dos amplios mares
que se arrastran
tras un cíclope de barro
para lamerme
l a h e r i d a.


© Gloria Dávila Espinoza
Del libro “Danza de la noche”, Arteidea Editores, Lima Perú
 
 
Diablos Azules  2010

4.10.12

Flora Alejandra Pizarnik, "Salvación" desde la cueva del zorro Lima, Perú





Salvación


Se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es el fuego sometido.
Ahora
es la carne
..la hoja
..la piedra
perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.

Flora Alejandra Pizarnik