oráculo

28.10.10

Un Jibarito y el Callao, Mario Aragon y Juan Gòmez Rojas, en la Cueva del Zorro Lima Perù

INVITACION

Gómez & Aragón, Escritores Asociados tienen el agrado de invitarlo a la segunda presentacion del libro "Un Jibarito y el Callao; Breve Imagen de Héctor Lavoe", de los escritores Mario Aragón y Juan Gómez Rojas, el 28 de octubre del 2010 a las 6.30 en La Casa de a Literatura Peruana (ex- estación Desamparados, costado de Palacio de Gobierno) Jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima.

Asímismo el cantautor chalaco Ernesto Valverde realizará un avance de su última grabación en homenaje al Cantante.

Agradecemos anticipadamente su gentil asistencia.

VILLA EL SALVADOR ÈRASE UNA VEZ UN REY, EN LA CUERVA DEL ZORRO LIMA PERÙ



HOLA

De mi mayor aprecio:
Como sabrán el CIJAC nos visita hoy en la noche para compartirnos una de sus mejores obras ERASE UNA VEZ UN REY
Y el gesto es muy importante ya que el apoyo de ellos para esto es incondicional, ayer especté parte de su ensayo general y creo colmará la mayoria de espectativas. Los espero mas tardecito.
Ahhhhh esto queda en la Av Los ángeles cruce con av. Micaela Bastidas ( Ruta B )
Abrazotes

Erase una vez un Rey es una comedia - social creada por el grupo Chileno “Aleph” y adaptado por nuestra agrupación al contexto y realidad de nuestro país. Narra las relaciones de tres ropavejeros o cachineros, Watusi, Nafle y Sonajera quienes entablan un juego donde uno es el gobernante y el otro el gobernado por período de tiempo que no será respetado por Watusi y Sonajera quienes desarrollará diversas argucias con la finalidad de quedarse en el poder desatando la rebeldía y el descontento paulatino de Nafle.


Franco Luyo
Agenda cultural 2010
Casa de la juventud y cultura

26.10.10

23.10.10

Rostros de Memoria de Pedro Escribano con la entrevista de Fernando Chuquipiunta Machaca, en la cueva del zorro Lima Perú


Pedro Escribano el Alarife de las palabra

:: Fernando Chuquipiunta Machaca

Contemporáneo de Rocío Silva Santisteban, Odi González, José Antonio Mazzotti, Eduardo Chirinos, Mariella Dreyfus, Jorge Eslava y Domingo de Ramos-entre otros-, Pedro Escribano Taipe, recientemente, ha hecho noticia con el lanzamiento de su bello retratario “Rostros de Memoria: visiones y versiones sobre escritores peruanos (Fondo Editorial Universidad de Ciencias y Humanidades, 2009) y la revelación de su entrañable amistad con el Premio Nobel de Literatura 2010, el escritor arequipeño Jorge Mario Pedro Vargas Llosa. Ambos acontecimientos-independientes entre sí-conllevan un profundo significado para las letras peruanas. Primero, porque Pedro Escribano-no obstante la indiscutible originalidad de su obra-ha tomado la posta señera que dejó Antonio Cornejo Polar. Y, segundo, porque la sincera admiración de un maestro de la dimensión de Mario Vargas Llosa por un reconocido escritor comprometido de nuestro país, demuestra que-después de mucho tiempo-la poesía peruana está recuperando el sitial que le confirió César Vallejo Mendoza en el contexto mundial.

Aquí van las confidencias del celebrado poeta Pedro Escribano Taipe:

¿En qué medida las vivencias de tu infancia han influido en tu obra?

-Bueno, eso de obra es sin duda una exageración. Apenas he escrito dos libros y uno que otros poemas sueltos por allí. Creo que uno no escapa nunca de sus años de infancia. Esa etapa, ese mundo, permanece como un ancla en lo que dura nuestra vida. Y quienes escribimos seguro allí hallamos nuestras primeras visiones del mundo, nuestras primeras maneras de relacionarnos con él. En lo poco que he escrito, encuentro un poco eso, como querencia y como origen. En mi poemario Manuscrito del viento hallo paisajes, personajes, escenas campesinas, el hogar.

-¿Fue en Lima donde trabaste amistad con Mario Vargas Llosa?

-Sí, pero quizá mi primer encuentro con Vargas Llosa fue cuando yo tenía 13 años y estaba en medio de un algodonal. Me detuve en seco cuando escuché el megáfono del cine mensual que llegaba a Acarí. Mis hermanos y yo esperábamos que anuncien una de Django o de Ringo o de dólares agujereados. Pero no, dijeron”Los cacharros, del escritor de fama internacional Mario Vargas Llosa”. El nombre no nos dijo nada, mandamos al diablo al anuncio del cine y seguimos recogiendo algodón. Pero yo me quedé con la duda, llegada la noche me fui al cine, y me di con la sorpresa de que era para adultos. Eso me animó más a saber quién era Mario Vargas Llosa. Me fui a la parte trasera del cine, por donde solíamos ir cuando no teníamos dinero para la entrada. Cuando me encaramé al techo, encontré a otros niños y casi no hallo un lugar. Desde allí, levantando el techo de totora, vi la película de ese tal Vargas Llosa.

Años después ingresé a San Marcos a estudiar literatura. Escribí un poema “La ciudad y las hormigas”, que está en Manuscrito… como una inútil réplica a La ciudad y los perros, novela de Vargas Llosa. Pero lo que me llevó a la persona del Nobel fue una crónica que publiqué en La República y trataba de una cena de 1957, en honor del historiador Raúl Porras Barrenechea, ofrecida por Vargas Llosa, Luis Loayza, Abelardo Oquendo, la Tía Julia, en un restaurante de fachada del Cinco y medio, famosa casa de cita de Lima. Vargas Llosa indagaba quién había escrito esa crónica.

-¿Qué fue lo primero que te dijo?

-Quién me había contado ese pasaje de la cena. Le respondí. Ese año no lo pude entrevistar porque no concedía entrevista a nadie. Pero eso sí, generoso, me firmó mi libro Los cuadernos de don Rigoberto y me prometió la entrevista en su próxima visita. Así fue, lo entrevisté por primera vez por La fiesta del Chivo, el 2000.

-De haber integrado el Jurado del Premio Nobel de Literatura 2010, ¿por quién habrías dado tu voto: por Mario Vargas Llosa o por Tomás Tranströmer?

-Muy hipotética la pregunta, pero mi respuesta es concreta: Vargas Llosa. No niego el valor de la poesía de Tranströmer, pero el Nobel era una vieja deuda a Vargas Llosa.

-Aparte de “Rostros de Memoria: visiones y versiones sobre escritores peruanos, ¿qué otro libro escribiste durante tu estadía en Lima y tu amistad entrañable con Mario Vargas Llosa?

-El primer libro que escribí, pero no publiqué fue Rostro de paisaje enloquecido, un poemario que compartió el segundo puesto de los Juegos Florales con Cesáreo Chacho Martínez. He publicado solo un poemario, Manuscrito del viento, que ganó el premio Poeta Joven de San Marcos y que tuvo la suerte de que Juan Mejía Baca, el recordado librero que nos ha dado la nueva sede de la Biblioteca Nacional.

-¿"Manuscrito del Viento" es tu mejor obra?

-Más que obra, es una plaqueta de 15 poemas que ha tenido más suerte que yo. Como te dije, ganó un premio, fue editado por Mejía Baca y lleva a la fecha cuatro ediciones. Sobre su calidad no seré yo quien lo diga.

-¿Verdad que de no ser poeta te hubiese gustado ser profesor?

-No, creo que no soy ni lo uno ni lo otro. En todo caso, no tengo esa seguridad. Yo escribí poemas y enseñé literatura casi 15 años. Me gustó ser profesor porque enseñaba el curso como yo quería. Quizá si el colegio en que enseñé no hubiera sido alternativo, hoy no diría que me gustó ser profesor. Yo solo buscaba que mis alumnos leyeran, gozarán la lectura y no como suelen hacer los profesores de literatura, plantear 50 preguntas por escrito por una obra o ordenar que lean un libro como castigo, y en la biblioteca del colegio. En mi libro Rostros de memoria agradezco a mis alumnos del Atusparia esa experiencia, y vaya que de allí salieron algunos poetas.

-Se dice que eres un gran cronista de la sección cultural del diario La República

-No, quien dice eso debe ser mi amigo, porque los amigos siempre hablan bien de uno, pero si no es un amigo, es un mal hablado. Yo solo hago mi trabajo lo mejor que puedo. Antes, cuando era redactor del Suplemento Domingo, escribía crónicas, ahora no, el diarismo es un caballo desbocado. La coyuntura es un vértigo y no te da tiempo para nada.

-¿Y qué nos puedes decir de “Rostros de Memoria: visiones y versiones sobre escritores peruanos y "Manuscrito del Viento"?

-Rostros de memoria es un libro de anécdotas, no de biografías. Narra los sucesos anecdóticos de cerca 40 autores peruanos. Va desde Ricardo Palma hasta el poeta del 60 Lucho Hernández. Los autores que tienen más de tres anécdotas están ilustrados con una caricatura de ese gran dibujante que es César Aguilar “Chillico”. Me alegra que el libro se conozca allá, en Puno. Como tú me has contado, José Luis Ayala dejó un ejemplar, el que la editorial le envió para su respectivo comentario, y que ahora circula entre los amigos de Puno. Ahora me explico los saludos, como el tuyo, que me llegaron desde el altiplano por Rostros de memoria…. No sé si Ayala llegó a escribir sobre mi libro en La Primera, pero igual, le agradezco ese gran favor de difundirlo entre los amigos de Puno.

-¿Puedes citar poetas, puneños, nacionales y/o extranjeros, que han influido en tu gestión operadora?

-Que hayan influido en mí, no creo, a excepción de Carlos Oquendo de Amat que cuando lo leí me cautivo su vuelo imaginativo Gamaliel Churata, también Alejandro Peralta. Otro poeta Efraín Miranda,

-¿Cuál de los dos factores predomina en tu actividad poética: la inspiración o el oficio?

-Creo que el abrazo de los dos factores, pero entendiendo oficio como trabajo. Ya nadie escribe esperando que las musas le dicten. En todo caso, la gran musa es la realidad, ella es la que manda. Como decía Flaubert, la escritura es sobre todo transpiración y un uno por ciento de inspiración.

-Bien, a esta altura se impone una definición: ¿cuál debe ser el rol del escritor peruano en un país dependiente y subdesarrollado, como el nuestro?

-Las mismas de cualquier ciudadano. Participar en la vida cívica del país. Quizás porque pertenece a las clase intelectual, con mayor razón. La sociedad se beneficiaría con su inteligencia debe estar al servicio de las buenas causas. Eso no quiere decir que su obra sea un predicamento explícito sobre estas causas. Ahora que si sus obras tienen, no sin arte, sus posiciones firmes y bien escritas, a buena hora. España, aparta de mí este cáliz es un buen ejemplo.

-¿Algún consejo para los nuevos poetas?

-Yo siempre digo, leer, leer, leer. Escribir también, pero no apurarse en publicar. Un libro no es un juego de la tinka, es una responsabilidad, como un hijo.

POEMAS:

Signo

Este hombre nació de un garabato,
de su tinta subversiva
escrita en las paredes.
Tiene algo de árbol
por su aliento verde, no indolente.
Ha cogido del parque una paloma
y guarda en su pañuelo nombres imborrables.
Ha comido en el comedor popular No. 4
y ha escrito en un papelito:
este hombre nació de un garabato.
Ha caminado por las calles de ruidos industriales
recordando que Lima le cayó
como una ola violenta a los ojos.
Conoce La Parada, polleras y sexos ambulantes;
aromas de miserias y comidas provincianas.
Ha dejado impresa una sonrisa en el rostro
de una muchacha a quien rasgó su piel de infancia.
Se ha sentado en un parque, cabizbajo,
inútil sin perdón.
Ha dicho buenos días
tragando mucha saliva.
En el cine ha visto desnuda a Laura Antonelli y la ha deseado.
Ha fumado un cigarrillo tomándose un café.
Ha tenido piedad de mentarle la madre al presidente.
Ha amado sus libros y su paloma del parque
y en la límpida mañana de su frente
caía desplumada el águila americana;
pero se ha cogido del tiempo para llegar
a su cuarto oscuro
y apenas ha escrito en un papelito
toda su historia:
este hombre nació de un garabato.


Aviso

Para ti muchacha que tienes
el cabello hecho un garabato
y el cuerpo un galgo hambriento

Se necesita una muchacha
que sepa olvidar su nombre
y aprenda a bajar la cabeza como un árbol derribado.
Se le enseñará a desnudarse sin cautela
tras sus párpados
y se le dará una sonrisa membretada
y se le pondrá en el cuerpo una manzana.
Se le vestirá de nylon y ciudades luminosas
para el desnudo movimiento de las luces.
Se le sangrará los labios
Muy lejos del beso puro
y se le inventará un nombre
que estará impreso en billetes altos y papel higiénico.
Pero trabajo seguro por mucho tiempo.
Y finalmente
se le dejará libre con una cartera
para que las noches y la avenida Arequipa sean suyas.



Obras de Alberto Mego, Cien años de Teatro y de público en el Perú, desde la cueva del zorro


El Colectivo de Arte y Cultura
"César Vallejo"
presenta
CIEN AÑOS DE TEATRO
(Y DE PUBLICO)
EN EL PERU
Estudio de Alberto Mego
Estimados amigos:

Saludos muy calurosos, y otra vez les expreso mi agradecimiento por la atención que ponen a este espacio, tan mágico y tan técnico, pero igualmente valioso porque nos comunica. O por lo menos, me permite seguir poniendo a disposición de Uds. este material que se escribió siempre pensando en el público, en servirle. Por supuesto, desearía conocer las respuestas que en este tiempo, tan diferente, podrían recibir las propuestas de las obras que ofrecemos en el blog. Opiniones, críticas, ideas, ocurrencias, todas propicias para DEBATIR el tema del teatro nacional y popular. Recuperemos el propósito de encender el teatro,
en sentido figurado, claro.

Espacio especial de agradecimiento va dirigido a los que desde tan lejos del Perú, dirigen su atención al blog. Aprovecho para insistir que las obras están a disposición, siempre es bueno saber que se representan en tal o cual pueblito de Chile o Argentina, o más lejos, pero es muy grato saberlo. Y si envían material fotográfico, mejor.

Ahora quiero compartir con Uds. mis opiniones sobre el teatro del Perú en el Siglo XX. Siglo medular, fundamental en la comprensión de nuestra realidad social y material. En este siglo, el Proletariado, última clase de la historia, inició su actuación brillantemente. Con la primigenia sistematización de la ideología del proletariado hecha por Marx, en 1017 Lenin inaugura una nueva época. Poco más tarde, siguiendo el desarrollo de la ideología, Mao Tse Tung, gran timonel, convierte una nación atrasada y colonial, China, en una sociedad superior. Incluso actualmente, en infame contradicción, los billetes de tan influyente país, muestran su rostro.
Es pues este siglo, fundamental para comprender el porvenir.

Y creo que en el teatro se reflejan mejor que en ningún arte las contradicciones más vibrantes de la sociedad. En función a esta idea es que les presento el “estudio del teatro y del público en el Perú del siglo XX”. Este es un título provisional, aunque ya sabemos que en nuestro país lo provisional se vuelve constante, pero lo que quiero es acercar al lector al interés de la dinámica de este arte en relación al público y de acuerdo a las circunstancias sociales y políticas que vivimos los peruanos en este periodo.

Ya que actualmente las editoriales nos son adversas, -eso no ha ocurrido con mis ocho libros hasta ahora publicados-, no dudo hoy en utilizar el internet para realizar esta publicación. Pongo pues en manos de los lectores cibernéticos este manojo de páginas.
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