
ARTÍCULOS, ENSAYOS, POEMAS , DESDE TAQUILI PUNO PERÚ; por: JOSÉ LUIS RAMOS FLORES zorrosabajo@hotmail.com Víctor Humareda: pintor de Lampa, Puno Perú
oráculo
20.9.10
anhelo, alugun día la justicia reinará, Elisa Alcántar Cereceda... en la cueva del zorro Lima Perú

Presentación de Libro de Poesía de Elga Réategui Zumaeta en la cueva del zorro Lima Perú


Grupo Editorial Arteidea
Jr. Moquegua 416 – 5 Telf. 4261727
NOTA DE PRENSA
Autora de la novela El Santo Cura, presenta el miércoles 2 su libro de poesía
En mi piel, de Elga Reátegui Zumaeta
El próximo miércoles 22 de setiembre, a las 7:00 p.m., en
Elga Reátegui Zumaeta, nació en Lima en 1967. Estudió Ciencias de
Es un lugar común señalar la ascendente producción bibliográfica correspondiente a la poesía de mujeres en el Perú en las dos últimas décadas, y que éstas oscilan entre la audacia en la exploración del lenguaje erótico y la introspección en el mundo individual marcado por la experiencia de género. Sin embargo, pocas veces como En mi piel, se entrelazan de manera notable todos los mundos que pueda vivir una mujer, desde el dolor sentimental y social, hasta las huellas de la comunión de los cuerpos, revelados por un lenguaje pleno de equilibrio y control, que al tiempo que deslumbra, conmueve y enriquece la condición humana. Así, con esta entrega, Elga Reátegui refresca y enriquece de la mejor manera la expresión literaria femenina en el Perú.
EJE DEL CAOS EN LA CUEVA DEL ZORRO Lima Perú
16.9.10
Carmen Amarilis Vega, Puerto Rico, en la Cueva del Zorro Lima Perú

Doctora en Química-Física y Analítica de la Universidad de Florida en Gainesville, y desde 1975 es catedrática de La Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
Es miembro de la junta editorial de la Revista Cultura del Instituto de Cultura de Puerto Rico y de la Revista El relicario
Colabora con la Revista Diálogo, de la Universidad de Puerto Rico. Además es miembro fundadora de una orquesta Sinfónica, en Mayagüez, y de otras organizaciones Altruistas.
Tiene en su haber numerosos trabajos publicados en investigación en ciencias, como también en el área de la literatura.
Trato de mirar y no me encuentro los ojos; en su lugar: dos cuencas de fuego. Estoy ardiendo en llamas, muerta de espanto. Rayos y maldiciones me envuelven, y les oigo reír, gritar mi nombre, mofarse de las veces en que tuve buenas intenciones y fallé.
Las mentiras se convierten en cadenas que me arrastran agarrándome el cabello largo, largo. No tengo fuerzas, pesa mucho mi cuerpo, enredado en el rencor y los prejuicios. Los gritos, cada vez más ensordecedores, se convierten en cuerpos ponzoñosos. Las garras afiladas me hacen surcos profundos, dejando ver las vísceras. El corazón está seco, cubierto de raíces.
Palpo este cuerpo en convulsiones y espasmos. Lo reconozco, es el mío. Estoy entre la cruz y el vientre de Luzbel. Hablo lenguas, de mi garganta salen alaridos roncos y en espirales se disuelven sobre el altar.
Siento una presencia. No puedo ver, está ahí, puedo tocar sus alas. Me cubre con inciensos y lucha por arrancar de mí los mil demonios que me atormentan. El olor a azufre me penetra hasta la garganta y un áspero ardor me nubla aún más el sentido.
Lucho por besar la cruz que me ofrece. No puedo. Me arrastro poseída, trato de apartar las sombras, tocar al ángel. Me aferro a sus manos y en vano trato de incorporarme. Es entonces que recuerdo el momento de mi nacimiento. Me veo envuelta en la sangre materna, y en los ojos todo el azul del cielo se mezcla con los aromas de la noche.
Algo susurra en mis oídos cantos gregorianos, me elevan ante un trono majestuoso. Desde una luz lejana una voz diamantina se escucha cuando dice: estaba escrito, no lograste amar. Es entonces cuando caigo muerta. Nunca se logró el exorcismo.
Carmen Amaralis