
OQUENDO DE AMAT
MARTIN ADAN
Vivía su corazón
Vivía de su respiro
Tenia, como el gorrión,
El, corazón de suspiro
Cuando bebía su té,
Nunca comió su tostado,
Era de ayuno y fe
Como una enamorada.
Murió como dos veces;
Pedía dinero, bajo;
Y bromeaba de altiveces
Por el mundo y el carajo,
Le nombraban al reír,
Todo lo sabían loco.
El jugaba hasta morir,
Y uno le pegaba poco
¡Como se volvió prudente
Con la sensatez!
Era tan inteligente
Y manso como la luna
Hizo verso que lloraba
Como dios ha de llorar,
Ternura que declinaba
Muy antes de comenzar,
Como el sol que se acaba,
Que no acaba en el mar.
UN BESO SE DESLIZA
Por José Luis Ramos Flores.
Amada, dulce puñado
De gaviota que anidas
Una lagrima de caligrama
Color violescente
Anónima ausente
¿Que te diré cuando vuelvas?
¿Por que nuestro beso
Se desliza como
Una oración sencilla?
¿Por que el olivo Se desgarra
En silencio de la roca?
Mujer pálida
Antes que los manglares
Se vistan de mariposas,
Pinto mi última primavera
En tu hermosa piel
Encendida en le placenta grisácea
De nuestra existencia.