El poeta Luzgardo Medina Egoavil ha
fallecido el domingo 25 a las 13.30 horas, debido a un paro cardíaco.
Medina era de una de las personas más apreciadas de la ciudad blanca que
ya vive el complicado trajín de las grandes metrópolis.
La noticia fue confirmada por sus hijos
mediante un mensaje por la red social Facebook, e inmediatamente
después, junto con las llamadas telefónicas que se hicieron entre los
amigos, las muestras de sorpresa y consternación no se han hecho
esperar, la red se inundó de comentarios y recuerdos del poeta.
Medina fue uno de los primeros poetas de
la llamada generación del ochenta en Arequipa, primero se dio a conocer
como declamador y se hizo famosa su interpretación del poema “Canto
coral a Túpac Amaru, que es la libertad”, del desaparecido Alejandro
Romualdo. Luego publicó su primer libro, “La boda del dios harapiento” y
se convirtió en uno de los impulsores de aquella generación, que es la
que más lauros literarios le ha dado a Arequipa, que, por aquel entonces
empezaba a mutar por el desarrollo económico que se iba haciendo
presente en la provincia sureña.
SU ÚLTIMO POEMA
A: Pedro Lemebel, poeta de los marginados. Un poeta acaba de morir al sur del adiós. En la misma premonición. Ni por simpatía le regalaron un minuto con gran dosis de azúcar.
Murió el poeta y ya. Se siguen destapando las botellas aveces sin motivo y dando recompensa a quien nos traiga de las orejas al narrador.
De lo innombrable, a quien desde la ebriedad nos hace oler
Ese montón de sillas apiladas en un rincón del desierto.
Ese montón de sillas apiladas en un rincón del desierto.
Se fue el poeta. Se murió como un emperador -haciendo bromas-.
Hace tiempo que él era un desconocido y que cambiaba los rumbos
Para que nadie cayera en las garras de quienes hacen promesas de lealtad.
Todos los días alguien muere como un poeta o aprende a morir como un poeta.
No es tan difícil. Hay que aprender a deducir con mucha presteza dónde se hacen los besos más perfectos y dónde la ternura es anacrónica.
Hay que intuir si quien regala premoniciones es un creyente legítimo
O simplemente huye pretextando cumplir ciertas infames tareas de amor.
Ha muerto el poeta y parece que se ha llevado sus precipicios,
Sus manglares, su bandada de loros y el armario donde guardaba su rostro.
Murió en el instante preciso, ahora nunca más pagará impuestos a nadie.
Cuando partió el poeta la incolora tristeza fue carcomida por el salitre
Y en lo más alto de la amargura se dibujó, sin prisa, la espada del azar.
O simplemente huye pretextando cumplir ciertas infames tareas de amor.
Ha muerto el poeta y parece que se ha llevado sus precipicios,
Sus manglares, su bandada de loros y el armario donde guardaba su rostro.
Murió en el instante preciso, ahora nunca más pagará impuestos a nadie.
Cuando partió el poeta la incolora tristeza fue carcomida por el salitre
Y en lo más alto de la amargura se dibujó, sin prisa, la espada del azar.
Luzgardo Medina Egoavil
Arequipa, 2015 enero 24.
Fuentes:
http://www.elpueblo.com.pe/noticia/locales/muerte-de-luzgardo-medina-enluta-poesia-de-arequipa
http://lucidez.pe/noticias/fallecio-el-poeta-luzgardo-medina-egoavil/