oráculo

25.1.13

Homenaje a Domitila Chungara, una Líder innata de la clase obrera Boliviana, desde la cueva del zorro Lima perú



  HOMENAJE A DOMITILA CHUNGARA


Domitila Chungara, una líder innata de la clase obrera minera, plasmó su obra no sólo con su lucha y conducta sindical, sino con su aporte intelectual. Recibió el reconocimiento de escritores de renombre y obtuvo varios premios, tanto nacionales como internacionales.

 La vida de esta valerosa mujer, que falleció este martes en la ciudad de Cochabamba a la edad de 75 años, quedará grabada en la historia de Bolivia.

7 de Mayo de 1937.- Nace Domitila Chungara en el campamento minero de Siglo XX en Potosí. Su madre era de la ciudad de Oruro y su padre fue dirigente obrero, que fue apresado por sus actividades sindicales.



DOMITILA CHUNGARA

¡Oh Domitila Chungara!
de las pampas de sora sora
breve gaviota mineral
socialista de algodón
en tu cabellera verde
fuimos cataratas de Iguazú
fuimos epifanías en potosí.

El pez en el agua
atravesó nuestra carne
atravesó el coito final.

Peces de contra natura
camarada cubano
cuando la tarde es mapuche
marchemos a la casa de cartón.

El sol se detiene al extremo
donde tengo la citara de Itata.

!Oh Domitila Chungara!
yo se bien que este rio
no sale del consejero de lobo.

El humo de los puentes se pierde
en los ojos de muchos mártires.

Inche ta Mapucheyen
Domitila yo soy Mapuche
Soy Amantani del último réquiem.

JLRF
2013 
zorrosabajo@hotmail.com
 

20.1.13

LA HERMANDAD DE LA NIEVE JOSÉ VICENTE PASCUAL Ediciones EVOHÉ. 2012, desde la cueva del zorro Lima- Perú


 
LA HERMANDAD DE LA NIEVE

JOSÉ VICENTE PASCUAL
Ediciones EVOHÉ. 2012
Crónica de un poeta que habita en las nieves leonesas sobre una novela escrita para las nieves de Granada.
La hermandad de la nieve posee un conjunto de aspectos capaces de convertir una novela histórica en obra literaria sin más adjetivos, es decir, en una obra de arte: la puesta en escena, el tratamiento de los personajes, el lenguaje, el misterio… el poeta, en este caso el novelista, busca siempre a Homero, y en esa línea, a Robert Graves o Marguerite Yourcenar, por no sembrar el pánico con nombres de más actualidad.
 Es de agradecer la intencionada ausencia de la Granada romántica con sus misterios y mitos sobre la Alhambra, así como la presencia y descripción de un paisaje más auténtico, una tierra de ministriles dando crédito a la lucha de clases en la que se desarrolla el relato. Aunque misterios no faltan, y los miembros de la Hermandad de la nieve se verán en la ocasión de salvaguardar bajo su custodia algunos de ellos, ocultos en unas cuevas de la sierra: un tesoro real y otro falsario. Me refiero al manuscrito de El lazarillo de Tormes y a los Libros Plúmbeos del Sacromonte.
*
           Esta nueva obra del veterano y prestigioso novelista José Vicente Pascual (Madrid, 1956), puede encuadrarse en el género histórico y así se hace constar en la portada de la preciosa edición, de 350 páginas, publicada por Evohé.
De una “novela histórica” lo que menos le suele interesar a un poeta, a priori, es la historia, puesto que ya la suele conocer, y, si no es así, prefiere recurrir a los especialistas en la materia antes que exponerse a que cualquier autor mal documentado le someta a la tortura de sus veleidades narrativas. Lo que suele buscar es un conjunto de aspectos capaces de convertir la obra en literatura, es decir, en una obra de arte: la puesta en escena, el tratamiento de los personajes, el lenguaje, el misterio… Para no desorientar al lector, el poeta busca siempre a Homero, y en esa línea, a Robert Graves o Marguerite Yourcenar, por no sembrar el pánico con nombres de más actualidad.

Es más, resulta al poeta gratificante que el autor se tome el atrevimiento de “inventar” la historia, sin con ello se contribuye a resaltar algunos aspectos que la historia real ha dejado oscuros o no se ha ocupado de desentrañar suficientemente, bien por considerarlos irrelevantes, bien por desconocerlos y no atreverse a imaginarlos. Cree el poeta que las grandes obras de la literatura gozan de estos elementos y a la cabeza de todas ellas pone El Quijote de Cervantes. Cuánto haya de real o de irreal importa poco si el resultado es un estudio del comportamiento humano. Para Platón el poeta, el escritor, debe contar con lo verosímil más que con lo veraz.

Con esas coordenadas, La hermandad de la nieve de José Vicente Pascual no podía menos que entrar en el ámbito de interés de este poeta una vez sabido, y hay que agradecer al lector que sea el mismo autor quien lo proclame abiertamente, que no existió la “Hermandad de la nieve” tal como de ella se habla, pero que sí existió una Granada recién conquistada por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón  que fue ciudad en la que se concentró la sabia que nutriría en muchísimos aspectos la modernidad occidental. Y también existió la nieve con sus diecisiete formas de nevar.
¿Qué es lo que se dispone a encontrar el lector, entonces? Pues lo que se encuentra es una familia de  montañeses procedentes de las tierras altas de León, quienes, por circunstancias de la guerra, se encuentran en la Granada recién conquistada  y deciden afincarse allí, abandonado el servicio de armas que ejercían a las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdova, y dedicarse a bajar nieve de la Sierra Nevada, convertirla en hielo y distribuirla por las casas de una nobleza que se encuentra recién instalada en una de las ciudades más misteriosas de la península. Una ciudad, Granada, en la que la convivencia con los residuos de la nobleza musulmana destronada resulta harto complicada para ambas partes, vencedores y vencidos.

No es asunto baladí recrear el vacío imperante en una ciudad que durante siglos ha conocido una forma de vivir totalmente opuesta a la de los nuevos amos y señores; se requiere para ello una habilidad tan solo al alcance de un narrador experto, muy experto, como lo es el autor de más de veinte novelas, algunas de ellas como “Juan Latino”, “La diosa de Barro”, “Homero y los reinos del mar”, con un entramado similar al que nos propone el autor, y la misma ambición de perfeccionarse en la tradicional “novela histórica”, para recrear y recrearse en la invención de un mundo narrativo completamente autónomo y singular.
La familia leonesa de los neveros, instalados en Granada, pronto va a tener que sortear los conflictos con la vieja y rancia nobleza castellana y con los otrora orgullosos nazaríes, muchos de los cuales han devenido en moriscos (cristianos “nuevos”),o bien ocupan posiciones en las Alpujarras como rebeldes y levantiscos que todavía sueñan con reconquistar su mundo, ayudados por el poderío turco del momento. Aunque serán las mujeres, un elenco de media docena de ellas, con una marcada personalidad que las hace sugerentes y distintas, las que se irán haciendo dueñas del relato.

La Que No Dice Su Nombre, con ser la menos descrita y retratada, resultará a la postre la de mas calado por hacerla el autor “médium” entre estos dos mundos, el que fenece y el que nace. Sería ocioso reseñar aquí las características comúnmente atribuidas a estos dos mundos, el musulmán y el cristiano, y su tremendo antagonismo en aquel siglo XVI en el que Isabel y Fernando iban a terminar la Reconquista e iniciar la unión de los reinos cristianos de la península. Aquella unión que sería, a la larga, fundamento de uno de los grandes imperios que en la historia han sido, conquistador de un nuevo mundo y propagador de la fe cristiana a latigazo limpio y con una fe curtida en las hogueras de la Inquisición.

Jose Vicente Pascual
No quisiéramos olvidarnos de la principal protagonista: la nieve. Porque, así como la hermandad es fingida, no lo es la nieve que cubre las laderas del Mulhacén y que señorea sobre una ciudad con clima mediterráneo, fría en invierno y con unos estíos implacables, en los que un pedazo de hielo puede resultar un bien tan preciado que aquellos que dispongan de dinero se propondrán con avidez conseguirlo. La nieve es, pues, la protagonista de este libro y en torno a ella giran, como satélites, personajes y situaciones que no vamos a revelar en pro del argumento. Pero sí avanzaremos que no son los leoneses, las tres generaciones de neveros, gente de desorden sino más bien partidarios de contemporizar y acomodarse al devenir de la ciudad que nace “ex novo”, como perla de la corona de Castilla y Aragón, sobre las cabezas de dos jóvenes reyes que se disponen a dar un vuelco a la historia hasta entonces conocida.
De los “materiales” que tal vez para otro autor hubieran sido de interés, muchos han quedado fuera de la obra. Tal es el caso de la princesa Cetti Mariem y su marido Sidi Yahya, sobrina ella del rey de Granada. A pesar de lo cual, una vez bautizados y conversos, él será nombrado Alguacil Mayor de Granada, Principal de la Caballería de Santiago, Beneficiado de las salinas de La Malahá, señor de la Tahá de Marchena y marqués de Campotéjar. Recibieron los nombres cristianos de Doña María y Don Pedro de Granada Benegas.
No ahorra el autor sus juicios personales, puestos casi siembre en boca del muy ecuánime y juicioso Álvaro de Bayos, narrador y protagonistas del relato, como cuando dice: “Usarcé lo ha dicho hace unos momentos. Allá donde hay guerras y ejércitos en campaña surgen muchas oportunidades para los hombres determinados en busca de fortuna… (pág 26).  Ni tampoco deja de hacer referencia en algún momento a la “Pragmática de los Reyes Católicos” de 1505, por la que se obliga a los musulmanes y judíos a bautizarse; ni al Cardenal Cisneros y sus órdenes de quemar los libros santos de los musulmanes en Granada. Ningún asunto que pueda arrojar alguna luz sobre el comportamiento imaginado para sus personajes ha sido dejado a un lado, con lo que al final de la lectura, uno se encuentra imbuido del ambiente que pudo respirarse en aquella maravillosa ciudad de Granada recién rescatada de las manos del famoso Boabdil, a quien se le ahorra el escarnio de escuchar la famosa frase que se suele poner en boca de su madre: “No llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre”; frase que el autor reputa invención de algún poeta romanticoide, estragado por el mito exótico de una Granada de “intrigas en el paraíso” que en realidad nunca existió.


Es de agradecer la intencionada ausencia de la Granada romántica con sus misterios y mitos sobre la Alhambra, así como la presencia y descripción de un paisaje más auténtico, una tierra de ministriles dando crédito a la lucha de clases en la que se desarrolla el relato. Aunque misterios no faltan, y los miembros de la Hermandad de la nieve se verán en la ocasión de salvaguardar bajo su custodia algunos de ellos, ocultos en unas cuevas de la sierra: un tesoro real y otro falsario. Me refiero al manuscrito de El lazarillo de Tormes y a los Libros Plúmbeos del Sacromonte. El primero de ellos (1554) fue declarado maldito por la Inquisición, de cuyas manos tratan los neveros de salvaguardar una copia. Los segundos fueron declarados falsos y heréticos por el papa Inocencio XI en 1682.
Entre las capitulaciones de 25 de noviembre de 1491 y 1568, cuando los moriscos nombran rey de Granada a Aben Humeya con el beneplácito del Sultán de La Sublime Puerta, guardada por las ambiciones de Selim II, puede situarse la acción de esta novela muy bien escrita y diseñada al modo de un guión cinematográfico. No se trata de una gran epopeya plagada de episodios cruenta (aunque acciones bélicas no faltan en el relato), sino la dura y áspera aventura que supone salir adelante, sobrevivir a tiempos de calamidad, a una familia que no pertenece a ninguno de los dos mundos enfrentados sino a la clase de gentes que perviven gracias a su tesón y su trabajo, sin dejar por ello de involucrarse en los acontecimientos históricos que marcan su tiempo.
El poeta ha creído encontrar en La hermandad de la nieve de José Vicente Pascual un modelo de lo que él (el poeta) entiende por novela histórica, siguiendo el gusto de Platón.
         
JOSÉ ANTONIO LLAMAS
León, 2013

12.1.13

El ultimo profeta, el Biracocha indigena, hijo del Dios Sol Efraín Miranda desde la cueva del zorro Lima Perú






EL HOMBRE POLINECIO 

Biracocha Efraín Miranda
aprieta el primer sol
polinesio del sur

Aprendimos con firmeza
los secretos de la oruga

Nuestra identidad no es el celta
¡Oh padre Sol ¡

Acantilados los pueblos
que ya no existen

Desbastado las libélulas
escondieron sus alas


Guerrero clavileño

Suenan los sikus del alma
desde Patagonia a Tucumán


Madre tierra
inti, mar, aguayo y tempestad
cae la lluvia, crece---


En homenaje al ultimo profeta indigena el Biracocha Efraín Miranda


8.1.13

Manuel Carmona Rodríguez, Silencios que Hablan desde la cueva del zorro Lima Perú


Silencios del lunes que llegarán al martes. Porque este lunes es festivo y se puede escuchar el silencio de la calle. Pero aunque no fuera fiesta, tú podrías escuchar su presencia al llegar el mediodía y cerrar los comercios. Quedaría interrumpido durante un par de horas, esas dedicadas a comer y descansar brevemente, volviendo a reaparecer al caer la noche. Entonces, cuando hubiésemos regresado del trabajo, sintiendo el frío por la ausencia del Sol, el silencio se nos volvería a hacer presente. Y su sonoridad nos invita a meditar y a sentir la vida de otra manera. Es en el silencio donde nos reencontramos con la necesidad de reflexionar sobre nuestra trayectoria vital y los caminos que podemos tomar.
Se escuchan los silencios de los niños que juegan con sus regalos antes de volver al colegio. Para ellos es día de sonidos compartidos en el jardín del vecindario, previo a que mañana se reencuentren con los silencios entre cortados de las clases por las voces de sus profesores y de ellos mismos. Se escuchará la explicación acerca de cómo se produce la polinización de una flor; se escuchará el debate que les propone una profesora después de ver una película.
Silencios de una navidad que se nos fue, pero no pueden irse los compromisos que hemos asumido para cada día del año. A pesar de cierta ruptura en lo cotidiano que han supuestos esos días, regresamos a los anhelos y luchas diarias. Las redes sociales y las convocatorias ciudadanas nos recuerdan que hombres y mujeres están vivos, sacudiéndose los intereses creados por unos pocos y buscando alianzas que permitan vivir libremente.
Silencios de una jornada de descanso antes de la vuelta de la mayoría al trabajo. Cuando hoy o mañana te encuentres en él, recuerda en tu silencio qué te une a ese puesto laboral. Si es una vocación que descubriste o la simple necesidad de tener una renumeración. En el primero de los casos, sigue luchando con pasión por ella, sin dejarte la vida en ello, porque hay otras pasiones que has de saborear y compartir: pareja, amigos, familia, un paseo sintiendo el sol en una tarde de invierno.
Si estás atado temporalmente a un trabajo por el hecho de tener que ganar un sueldo, date tiempo para plantearte cómo puedes acabar con ello. Habla desde tu silencio contigo misma para saber qué quieres hacer con tu vida. Y una vez, superadas las dudas, hayas encontrado ese sentido, no cejes en darle un cambio a tu trayectoria vital. Seguramente descubras que es mejor vivir como has descubierto que quieres vivir, que hacerlo como un sistema fabril y mecánico te empuja a hacerlo.
Silencios que se tornarán en voces y almas en los carnavales que comienzan el próximo domingo para convertirse un año más en portavoces de las denuncias del pueblo. En su música y en su letra van lanzados los quejíos que cualquiera de nosotros siente cada mañana. Son reclamos de libertad que se conquista cuando en silencio escuchamos el sentido de sus composiciones y esas nos pegan el pellizco haciendo que nuestras emociones broten y se expresen sin tapujos. Entre cada palabra, entre cada frase, que vuela de sus gargantas, convertidas en ecos de sus espíritus, el ritmo de sus instrumentos para acompañar las transiciones de las historias de vida que nos cuentan. Historias que son las tuyas, las mías, las de la mayoría.
Silencios de recogimiento de la lectura de un libro. Ese que unas manos amigas te han regalado porque encierra vivencias de otros que a ellos les llegaron y les sirvieron de compañía para iluminarles en una etapa de sus vidas. Página tras página que irás pasando con tranquilidad e interés en el silencio de la habitación, dándote cuenta de que las historias de vida que recopilan los buenos libros son a la vez ejemplos y teorías para afrontar la propia.
Silencios de decisiones a tomar. Mientras la vida se abre cada jornada con sus expectativas, has y hemos de tomar pequeñas opciones. En cada una de ellas nos estamos retratando. Aunque como todo retrato, exista la posibilidad de hacer algún retoque, especialmente cuando no te guste lo que ves de ti mismo, de nosotros. Entonces entrarán en escena la inteligencia y la sensibilidad para rectificar. La voz propia y amiga que nos lanzará su guiño para retomar el camino. 
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4.1.13

CATEQUESIS Un relato de "Onán es enano" de Lorenzo OSORES, desde la cueva del zorro Lima Perú




                              CATEQUESIS (Un relato de "Onán es enano" de Lorenzo OSORES)

"La familia de mi amigo es muy unida pero algo disfuncional. Un padre alcoholizado, dos hermanas con furor uterino, una madre convertida en estatua de sal.
Sin medir bien las consecuencias, me propuse una tarea audaz e insólita, visitarlos por la noche para leerles la Biblia. Solícitos y educados escuchaban con falso asombro historias que en realidad les eran familiares y por lo tanto muy divertidas. Lot es emborrachado y acosado sexualmente por sus propias hijas. Judith es sorprendida con la cabeza de Holofernes (entre las piernas). Onam usa su mano y, sin darse cuenta, crea este palidroma y la falsa parafilia que lo hará famoso hasta el fin de nuestros días"



Lápix Editores

21.12.12

Fría Navidad de Javier Urbaneja de Montenegro, desde la cueva del zorro, Lima / Perú



                                                         Fría Navidad

    De nuevo llega esa fecha tan especial en la que todos nos volvemos más indulgente y nos encanta declarar paz y amor a todos los hombres de buena voluntad. La navidad es esa fecha en la que resurge de nuestro interior, emanando como el prometido maná, esas declaraciones de intenciones que nos vuelven hombres y mujeres de buena fe. Es esa fecha en la que nos acordamos de los sin techo, de los niños sin hogar, de los enfermos y brilla en nosotros el reflejo de aquello que fuimos cuando éramos niños. Porque sólo entonces era cuando sentíamos el verdadero sentido de la navidad. Nuestro corazones estaban sin contaminar y notábamos, expectantes, la fuerza de una fecha que nos hacía felices. Y la sentíamos diferente, especial, porque nos dejábamos anegar por esa oleada de misticismo que sólo la navidad nos traía cada veinticuatro de diciembre. Creíamos en la magia que esa fecha producía en nosotros un cambio tan sustancial, que todo parecía distinto. El calor de un hogar que se reunían sin subterfugios en pos de una auténtica unión familiar. Unos regalos a los pies de un árbol de navidad o de un belén, que aún no costando más que el desprendimiento de un pedazo de corazón y envolviéndolo en el papel del cariño, se ofrecía como auténtico ejercicio de bondad. Y el verdadero motivo de esa unión no era otro que el de compartir todos esos trozos de corazón envueltos en papel de regalo, para que al menos una vez al año el corazón se uniese y volviera a coexistir con una familia que respira al unísono.

¿Qué hemos hecho con la navidad? La hemos convertido en todo un mercadillo de intereses en la que todos participamos con el sólo objeto de proclamar a los cuatro vientos lo espléndidos que somos, lo bueno que somos, y lo cabrones que somos. Sí, cabrones. Porque pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero nada hacemos con los seres queridos que están a nuestro lado y nos necesitan y nos piden a gritos una segunda oportunidad. Porque nos lavamos las manos acordándonos de los demás, sólo para dar las gracias porque nosotros no estamos así. Porque nos damos a los demás, en cuerpo y alma, sin acordarnos que los nuestros nos necesitan más que un vecino que delante nos tilde de maravilloso y detrás se ría sin el menor remordimiento. Porque machacamos al necesitado tachándolo de gorrón, sin preocuparnos de conocer su verdad. Porque criticamos sin pudor ni consciencia al que no está para defenderse. Porque encasillamos a alguien sólo porque hemos oído campanas. Porque le damos la espalda a quien nos necesita, y pensamos una vez más que lo hace para llamar la atención.

    Este año tendremos, al menos yo, una fría navidad. Porque no creo en las buenas intenciones que solo aparecen en una fecha determinada. Porque no creo en la prebendas o regalos que se hacen para pulir una imagen externa y no con el determinado convencimiento de solucionar problemas. Porque no puedo celebrar nada, cuando todo a mi alrededor se tambalea, cuando hemos llegado a tener en nuestro país un altísimo porcentaje de niños que están al borde de la miseria, cuando el cincuenta y siete por ciento de los jóvenes no tienen trabajo ni futuro, cuando miles de criaturas han perdido su hogar en las especulativas manos de unos banqueros que nos engañaron a sabiendas de que nos perjudicaban solo para ganar dinero con nuestras tragedias, cuando nos meten por los cinco sentidos la obligación de consumir; y lágrimas de impotencia nos surcan por las mejillas cuando no podemos comprarle a nuestros hijos lo que desean ni podemos hacerles entender una realidad tan cruda.

    ¿Qué Navidad queréis que celebre?

Lo único que espero de esta Navidad, es poder aferrarme a lo que aún me queda; a mis amigos, a mi gran amor y a la esperanza de que en un futuro próximo podamos cambiar esta lacerante realidad.

De momento, señoras y señores; que tengan una Fría Navidad. Y no se pierdan entre espejismos de felicidad barata impuesta por un régimen capitalista que nos induce al más voraz e insensato de los consumismos, sino que se aferren a esas personas que os quieren de verdad. Es lo único que nos hace felices de verdad.

(c) Javier Urbaneja de Montenegro 2012


8.12.12

La policromía que caracteriza ha breve címbalo es un signo de belleza de la mujer andina, desde la cueva del zorro Lima- perú


La policromía que caracteriza ha breve címbalo es un signo de belleza de la mujer andina, el sentir de la coexistencia de esa diversidad.

Por cierto, sus trenzas oscuras, su aroma ha hierba buena, en la soledad tiene vida, materialidad,
ojos, pero también energía, espíritu, intensidad y hondura, siendo esto así tiene la facultad de acechar, acosar al ser humano. La mujer andina es inherente en mi fantasía, su hermosura esta en tus manos..


“Dejo que la palabra se extienda
en verde manto
rio en solitario \ así lo quiero”.
ANA MARÍA INTILI



Breve Címbalo

Cae el alba
sobre sus trenzas oscuras
acaricia su fragancia de saywa
aldeanita de polleras con aroma ha hierbabuena

Que hermosa eres cuando olvidas tu ala de crepe
Y bajas el acento de la mirada en la carne tibia

levemente cae la llovizna
moja el tierno puente de tu piel
muy tardío la niebla diluye
tus fantasías, minúsculas

Aldeanita

¿Por qué tu cuerpo al desvestirse de velos
se agitan sutilmente en el cáliz del pecado?

¿Por qué?
la lluvia se detenía en tus manos

¿Por qué?
los silencios deshojaban copos de ortiga
tu hermosura
blanquearon la risa de los ancianos

Aldeanita

breve címbalo
en la balsa ajena iba hilando
trinos de ananayes.

Que hermosa eres cuando escalas el viento
si te vas, purifica el dolor de los sauces

Muyurina de mi alma.

Cae el alba
es el guayabo corazón buscaba los ojos de tocuyo.
 
JLRF.

4.12.12

HUÉSPED NOCTURNO (poemario) / JORGE LUIS DARCY, desde la cueva del zorro Lima Perú




El poeta Jorge Luis Darcy (México, 1969) nos entrega en esta oportunidad su cuarto libro "Huésped Nocturno" que es una antología con gran parte de su buena poesía.


ETERNIDAD

Hablando de la eternidad
que anida
en el instante del trofeo
en la firmeza del ayuno
diré que reconozco el mar
porque termina en arena
ahora sé que la ventana no alcanza
que la muerte es quien insiste a la vida
que de fugacidad está hecho lo eterno.

 
Letra Suelta Cultural 

2.12.12

Presentación de la Antología: “EROS & TÁNATOS: Poesía y Arte contemporáneos” desde la cueva del zorro Lima Perú



                                                      Presentación de la Antología:

                                   “EROS & TÁNATOS: Poesía y Arte contemporáneos”

                       Instituto Raúl Porras Barrenechea, viernes 14 de diciembre, 7:00 pm

                                                  (Calle Colina 398, Miraflores)

El día viernes 14 de diciembre a las 7:00 pm se presentará la Antología EROS & TÁNATOS: Poesía y Arte contemporáneos, editada por el sello independiente Río Negro.

La presentación del libro estará a cargo de Héctor Ñaupari, Iván Fernández-Dávila, Humberto Pinedo Mendoza y Raúl Allaín.

En el prólogo de la obra, Raúl Allaín, Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ), escribe lo siguiente:

“Compilando poéticas y plásticas como para las obras La Imagen de las Palabras (2009) y Lima: Visiones desde el dibujo y la poesía (2010), se concibe Eros & Tánatos. En un contexto de constitución nuestra línea editorial posibilita un determinado internacionalismo cultural, por el cual unificamos a poetas y artistas visuales que han comprendido una temática erótica o tanática en sus concepciones, reflejo de diálogos poiéticos. Así entonces los criterios de selección adquieren un valor sistémico, vinculando procesos creativos literarios a nivel Hispanoamérica y nacionales en lo que respecta a arte contemporáneo (…)”.

ANTOLOGADOS:

ALEX CASTILLO LINARES, ALEXANDER ANCHÍA VINDAS, AUGUSTO RUFINO, CARLOS LUJÁN ANDRADE, CARLOS CELIS, DEOLINDA BELTZER, DIANA BENITES, FÉLIX LOZADA, FRAN MAZA SALAZAR, HÉCTOR MEDINA, HEINER VALDIVIA, JACINTA CEBALLOS, JAVIER CUSQUISIBÁN, JOEL BUSTOS TELLO, JOSE VIANEY, JULIO CÉSAR MEDINA, KAREN QUINTANA, MARTHA URQUIZO, MERY DÍAZ, MÓNICA YEPES VALDERRAMA, MOSHENGA VIII CABANILLAS, HÉCTOR ÑAUPARI, PEDRO GOLLONET, RAÚL ALLAIN, SANDRA RODRIGUEZ, URPI ARCOS, VILO ARÉVALO, CARLOS PULIDO, ESTEBAN POOLE, PABLO CAMPOAMOR, ANA BALCÁZAR, CLAUDIA PINTO, GABY TUMBA, JAVIER ARRIOLA, JAVIER BELLIDO, JOSE CARLOS TASSARA, JUDITH VERGARA, KARINA HUERTAS, LEYLIS MIRAVAL, LISSETTE CRUZALEGUI, LIZANDRO VARGAS, LUCÍA PORTOCARRERO, MANUEL CAYAO, MIGUEL AGURTO, NATALYA LIZARRAGA, NILTON VELA DAMASO, PAUL CABALA, SANDRA RODRÍGUEZ Y SLINK DUEÑAS.


Contacto: Editorial Río Negro

rionegroeditorial@gmail.com
 

26.11.12

José Geraldo Neres / En la otra orilla, desde la cueva del zorro Lima Perú



 En la Otra Orilla   /  José Geraldo Neres

   en la otra orilla
    primavera de voz, piedra y alas perdidas
    fluctúa por el cuerpo
    un sol herido preso en la vidriera
    la ventana que se despoja
    revela el secreto del  abismo
    de la desnudez del viento y su memoria líquida
    la piel del laberinto en el abandono de los sueños
    rocío al alcance de los ojos   
    en el reflejo la sombra del último sueño
    en el lenguaje del agua
    en los punteros de la carne
    en el dorso en el otro margen                  anochece


Versión del portugués de Leo Lobos
Na outra margem
na outra margem / primavera de voz rouca e asas perdidas / flutua pelo corpo / um sol rasgado preso na vidraça / a janela que se despe / revela o segredo do abismo / da nudez do vento e sua memória líquida / a pele do labirinto no abandono dos sonhos / orvalho no alcance dos olhos / no espelho a sombra do último sonho / na linguagem da água / nos ponteiros da carne / no dorso a outra margem           anoitece


17.11.12

A qué palo te arrimas, poesía de melquiades, en la cueva de zorro Lima Perú



Naranja amarillo

Esas tres palabras con que me subyugas a tu lado,
a tus pesadillas de medio día, a tus estertores de mediopelo y más abajo.
A tus caderas exprimidas por tus tiempos de media noche
con lucecitas led, de ojos irritados por tus alergias y emociones matutinas.

Sin esperas,
sin colación en las penumbras de las nieblas lechosas
que se van escurriendo por tus costillas,
y por el surco formado
guiados por mis dedos,
que divide en dos tu espalda,
río seco a punto de ser humedecido por la promesa de un sudor esperado.

Con tus equivocaciones de siempre,
repetitiva como gotas que mojan tus zapatitos de charol rayado
en medio de los emplastos que vas dejando atrás.
Tomaré en cuenta que me demoraré cinco minutos en darte el alcance,
que tus pies ágiles o ligeros no me dan chance a tomarte
con tres cubos de hielo y cinco gotas de limón.

Me tienes complaciente al llamado de ser negado tres veces antes que anochezca
para dar rienda libre a los que despiertas antes del cantar del gallo
y después de los aullidos de loba sin luna llena, alunada
y me dormita en el sudor que traspasa mis almohadas
humectadas de tanto pensar sin soñar, sin remordimientos ni escrúpulos
de esos deseos de amor de manos en lejanía.

Me avinagras de cuando en cuando mientras las noches
que se te revelan en la serpiente que sube el árbol de tus piernas
y devora una a una las penurias que nunca te desvelan
pero carcomen tus virtudes.

Eres el pleonasmo de lo ideal,
de lo inesperado,
no eres imposible, preciosa, eres inevitable,
envuelta, deglutida y ensalivada por razones sin cuatro sentidos
y te queda el tacto sin tino, el contacto sin son ni ton,
de tus pechos apuntalados en mi espalda y tus dedos en mis vellos sin pecho
y el ronquido del eco que rebota en tu cerebro.

Y la noche se va yendo en azul prístino y llegando en naranja amarillo.



Te extraño

Extraño tu modo tan formal de vestir
también la huachafería de tus días rojos con tus blusas atigradas.
Extraño, como no, ese olorcito que tiene tu cuello sin perfumes
más que los estrógenos que me lograban una constante media erección por todo el día.
Tus gemidos de gata reprimida en cuerpo de yegua necesitada de jinete
que nunca supe espolear.
Tu trote, tu coz a las tres am, en tu ebriedad de dos catedrales y a cuatro patas.
Como te extraño carajo.
La dulzura de tus pezones grandes y acocotados como toffees.
Tus nalgas sopesadas en tangas de algodón barato de elásticos vencidos.
El alcohol tenía esa cualidad mórbida de translucirte las carnes y mostrarte tal cual,
como la grasa al papel que descubre una hamburguesa,
como el agua a los polos blancos que usabas después de las duchas a las seis de la mañana,
ese momento mágico en que la luz entraba por las persianas
y te iluminaba como a un ángel pero sólo por cinco escasos minutos,
mientras enfundabas tus pieles cremosas de treintañera
en esos jeans ajustados que tan bien te marcaban la línea del hilo dental
que solía oler por horas después que llegabas a cenar.
Extraño, incluso, tu modo tan informal de no quererme.

9.11.12

Aldo Pellegrini (1903 – 1973) Argentina,desde la cueva del zorro Lima Perú

Aldo Pellegrini (1903 – 1973) Argentina


La máscara de medianoche

La casa
es una sombra del vértigo
que agita las manos de los moradores de la espera
un único juguete
la máscara
delante del gato inexplicable
el ente que detiene las horas
la apacible inexistencia de la noche del tiempo
vive la multitud en uno
¿a quién puede sorprender
el gato inmóvil que contempla la espera?
las sombras cubren el muro de la pequeña ausencia
no existe la multitud no existe uno
sólo las manos que se sumergen cada vez más en la sombra
para beber con extraña avidez el cálido licor nocturno
¿a quién puede sorprender
la visita de la pequeña ausencia envuelta en su repetido vértigo?
la única vigilia de la máscara
que despierta a los ausentes
que detiene la hora del gato inexplicable
un rayo de luz
hace más profundas las sombras
la casa
cesa de girar
la inmovilidad se arranca la máscara.
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La certidumbre de existir


lo he visto todo
todo lo que no existe destruir lo que existe
la espera arrasa la tierra como un nuevo diluvio
el día sangra
unos ojos azules recogen el viento para mirar
y olas enloquecidas llegan hasta la orilla del país silencioso
donde los hombres sin memoria
se afanan por perderlo todo

En una calle de apretado silencio transcurre el asombro
todo retrocede hasta un limite inalcanzable para el deseo

pero tú y yo existimos

tu cuerpo y el mío se adelantan y aproximan
y aunque nunca se toquen aunque un inmenso vacío los
separe
tú y yo existimos
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Arte poética o de las significaciones

La palabra puede tornar transparente al hombre
he aquí un ejercicio permitido sólo a los más puros
lo verdadero
surge en la desnudez de la aparente carencia de sentido
cabalgando en la extrema mirada de las significaciones alejadas
todo se vuelve próximo
la claridad meridiana ahoga cualquier esperanza
de alcanzar lo más hondo
en el ámbito sin aire de las significaciones cotidianas
fracasa
el nacimiento maravilloso
con el furor sagrado se destruye la podredumbre
alimento natural del buen burgués que acaricia diariamente la cretinización civilizada
cuando el furor sumerge sus manos en océano se llama desprecio
y con sus dedos innumerables alcanza a tocar en el fondo la luz absoluta
copulando el desprecio y la luz cumplen el acto supremo de la creación
el nacimiento del hombre verdadero a partir de la podredumbre
pero todo ha cambiado
después de la invención del mordisco luminoso
que hace sangrar la realidad última de los seres y las cosas
detrás de la piel del hombre está el hombre
detrás de la inmovilidad de lo inerte
está la gran vida cósmica que palpita
por cada herida de luz se derrama el gozo esencial y único
el gozo de sí mismo
que se confunde con el gozo de ser universal
por cada herida de luz se derrama
la perfecta identidad, lo uno y lo múltiple
lo separable y unible
más allá del tiempo y del espacio
no se pueden palpar las palabras sólo se palpan los gritos
en el fondo del océano la voz va a despertar a los sueños
la imagen
es un signo de la penetración del sueño en el mundo
la imagen
hace estallar los oídos indiferentes
toda palabra desnuda de sentido se colma de vida
de la vida ardiente que quema los labios
y que se transfigura en el silencio
como en un sagrado contacto
es el triunfo final de la palabra casi silenciosa
la palabra mezclada con noche
la palabra que vuela incansable hacia el deseo
haremos así cantar el silencio poblado de imágenes
en una noche iluminada por la luz absoluta.
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Pesadilla litúrgica

La llama se extingue
la calle sembrada de cenizas
las mujeres comercian con el fuego
los enemigos marchan de la mano
las lágrimas brotan de las puertas
los ciclistas ruedan sobre los principios morales
el gran órgano de la catedral
el humo
gris
una canción sorda
una llama sorda
la alegría hace estallar las venas de los ángeles
un gemido alucinante guía los pasos del sacerdote hacia el deleite
el asombro es rojo
un líquido gotea sobre el altar
la sangre la fugacidad la desnudez
la desnudez la inmortalidad
los ojos como relámpagos, las mejillas veloces
las lágrimas no brotan
tormenta de la fugacidad
lo eterno se paraliza
los ciclistas corren detrás de la indiferencia
el sacerdote acompaña con los ojos la danza
geometría de lo agónico
suspendida en el centro de la mirada
está la desnudez
¿habrá alguien que pueda comprender nuestra fiesta?
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Sobre la contradicción

Si extiendo una mano encuentro una puerta
si abro la puerta hay una mujer
entonces afirmo que existe la realidad
en el fondo de la mujer habitan fantasmas monótonos
que ocupan el lugar de las contradicciones
más allá de la puerta existe la calle
y en la calle polvo, excrementos y cielo
y también ésa es la realidad
y en ésa realidad también existe el amor
buscar el amor es buscarse a sí mismo
buscarse a sí mismo es la más triste profesión
monotonía de las contradicciones
allí donde no alcanzan las leyes
en el corazón mismo de la contradicción
imperceptiblemente
extiendo la mano
y vivo.
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A valija de fuego

Que se viva, sueñe o hable
que se busque o se den las gracias
nada evita que en lo más oculto
existan pequeñas deliciosas inmundicias
siempre lugares secretos objetos invisibles, lo despreciable que se ama
borra de café, polvos, gargajos, legaña, insectos, mugre
un mondadientes usado, pústulas
flujos, náuseas, fetidez, diarreas
la embriaguez que vomita
la cómica felicidad con caries dental y callos
oh nada de esto aterroriza a los ociosos
ni a los comediantes que hacen prudentes imitaciones de la vida
agua de rosas, betún y baba
las cucarachas nos persiguen de noche y las moscas de día
todo encerrado en la famosa valija de fuego
rodeada de admirables burbujas de aire irrespirable.

Meditemos en la valija de fuego
se la usa en los infiernos despiadados
contra la nieve, contra el lirismo, contra el odio de los amigos
sólo fracasa con el frío de la muerte
busquemos en nuestra valija de fuego las suculentas podredumbres
para mezclarlas con los sombríos deseos celestes.

Retornemos a la valija de fuego
a la valija de fuego de
a la valija de fuego de madre que da a luz en el instante imprevisto
y más tarde, cuando el niño se pierde y reclama a su madre, todos lo recriminan duramente, y se da el caso de algunos que –en el colmo de la exasperación– cortan los extremos de los tiernos dedos infantiles y cometen otros actos de piadosa crueldad: el amor a la humanidad, frente al cual el amor de madre debe reservarse para la valija de fuego.

Retornemos al canto de fuego repleto de los cuchicheos de los sabios que abrazan llenos de pasión a las prostitutas
Y de los sabios que simulan dormir
Y de aquellos que mastican mañana tarde y noche
Y piensan al compás de las mandíbulas
(delicioso juego de las mandíbulas que ocultan todos los otros juegos).

Retornemos al sollozo de fuego del niño
el niño que llora perdido en la calle
y le preguntan: “¿No buscas, hermoso niño, a tu madre?”
y contesta: “No, busco a mi padre el sabio, en el interior de la ballena
atravesado por relámpagos que parecen hormigas
devorado por hormigas que parecen catedrales”.
oh hermoso niño, te llevaré a tu cálida cuna atravesando los siglos
y mediante la ciencia de los puntapiés
te arrancaré de tu sueño
para ir al encuentro de la sabiduría parricida
allí donde Edipo y sus hijos bailan cabeza abajo.

Retornemos al canto de hielo de los santos en cuclillas, saludando respetuosamente a las cadenciosas fricciones eléctricas
las chispas eléctricas surgidas del roce de vírgenes satinadas
al compás de la inocencia que circula por las vetustas morales
el canto de hielo, el canto que congela
a las viejas cotorras que penetran contoneándose en su túnel de olvido
donde padres feroces arrasan los castillos de hadas
para arrebatar su botín de pieles y tortugas
donde harapos de piedras cuelgan del vientre de Dios
y multitud de arqueólogos se agitan incansablemente
masticando la felpa gris-perla de los pensamientos vegetales.

Retornemos a la vida fugaz del hombre inventor del fuego de la melancolía
los argumentos de la muerte se encierran también en la valija de fuego
cuando los generosos, los justos, los tenebrosos, los tristes
arrojan su timidez bastarda
y hacen explotar los vientres estériles
con filtros mágicos
con invenciones saturadas de dulzura que oprimen el pecho, sobre el cual caen mechones de cabellos negativos desde la indescriptible altura de las ideas
inconmovibles ante toda humana razón
torrentes de lágrimas deshaciendo las inexpertas rocas del egoísmo
y todos se van
y queda un gran vacío circular
¿y a quién llama entonces al niño?
a su madre, la portadora de la valija de fuego, la primera y última
la que muestra su perenne sonrisa triunfal
la que siempre retorna
la que afronta los inmensos peligros de la moralidad
la que vibra henchida de la más pura sabiduría zoológica.

Retornemos al niño que busca juguetes multiangulares
en el centro de espacios extinguidos
a la vera de noches emboscadas, arrastrando pesadillas bituminosas
alimentado con leche de perras violadas
para alcanzar así la madurez de la inocencia
ése es el hijo terrible, el hijo impródigo, el hijo no deseado
que recorre el hilo de las conversaciones hasta hacer estallar su sensatez
que incendia las posiciones correctas de los visitantes ocasionales
audaz explorador de selvas de cacahuetes.

Retornemos a la valija de fuego de nada
donde se consumen los sensibles al fuego del tedio moral
donde se amontonan los triunfadores despanzurrados
retornemos al fuego de alejarnos
al fuego de acercarnos
mientras Dios camina incansablemente a tu lado por toda la eternidad
sin pensar en ti
heroicamente solo
humanamente solo
marchando sobre arenas siderales
donde mundos exasperados se desheredan alternativamente.

He aquí el gran espectáculo que la valija de fuego no puede contener
el espectáculo de la soledad de Dios y de su hijo el hombre
solos en la multiplicidad de lo creado
en la infinita multiplicidad
todos heroicamente solos
dios y los hombres
irritantemente heroicos.

Simulando una sonrisa
recoge tu valija de fuego extinguido
tu valija de noche abandonada por sus fantasmas
juguete inolvidable
revelador del gran secreto
con los argumentos de la muerte se puede triunfar en la vida.
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La muerte inmortal

Rebeldía de los comensales. La fiesta despierta a los visionarios que fratemizan con el alba.

Guerreros nocturnos de espaldas contra las murallas de luz. Los mensajeros del tiempo no obedecen las órdenes. Fracaso de la ceremonia frente al mar. Los desterrados te abandonan oh tierra inaccesible a las súplicas.

Las esclavas se mueven en el infinito espacio de las palabras. La desesperación se detiene a la puerta de los insensibles. La voz henchida de una misteriosa ternura llama.

Oscuras en el recuerdo. Despiertan. Izan sus manos hasta más allá del tiempo. Se clavan las uñas. Se desgarran con calculada indiferencia.

Falta el dolor y todas las heridas son mortales. Los besos son mortales. La desesperación llama a todas las puertas. El tiempo cambia los cuerpos de lugar. Pasa la noche sin dejar rastros. La voz calla. Una última sonrisa se desvanece. El humo queda. Un viento de piedra nos envuelve. Solo
la muerte es inmortal.
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En voz baja

En voz muy baja
para poder atravesar la fragilidad de tu sueño
te haré la revelación de las formas
te contaré la belleza
de lo que nunca se vive
las maravillas que nacen imprevistas de la intensidad
del ardor
te enseñaré a caminar con firmeza en la oscuridad
a iluminar la noche con los deseos
a investigar el secreto inmortal
las aventuras galantes alineadas por orden
cronológico
de la vigilia
las borrará el sueño que busca la mujer que todos
rechazan
la mujer que enciende su espíritu caída en las
maravillas del amor
Yo
despierto
predico la absurda técnica de la irresolución
inmóvil
en voz muy baja
te revelo
que el mundo es una graciosa mentira inventada por el
buen humor de los mártires.
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 Alguien que despierta

Abre tus ojos de barro
tus ojos de cielo y de noche interrumpida
tus ojos de alfombra, tus ojos pisoteados
ábrete a la luz y a la sombra y a los vientos
a la sombra negra que arrojan los cuerpos.

Árbol de la ceguera, de las muertes,
camino de las desapariciones,
marchas hacia los ojos abiertos del tiempo
hacia el agua pura del instante que corre
cuando te detienes te tornas invisible
cuando andas te destruyes
sólo eres la sombra de la idea de ser
pero con el hueco de tu mano ves todo
por el hueco de tu mano te derramas,
cuerpo ávido de caricias de atmósferas,
mil veces impasible, mil veces tierno
pero finalmente absorvido por la nada
que corroe lentamente el agua del tiempo.
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He encontrado el secreto de tus ojos

Mírame
busco en el fondo del pozo la cantárida dorada
y para salvar a la noche asesino a los noctámbulos
mírame hasta el agotamiento de las fuentes
donde el temblor se deshace
en la inmovilidad de tus ojos
¿desde qué día señalado por la ausencia de horas
has dejado de creer en la noche?
el amor es una forma de la maduración de los ríos
es un pasatiempo vertiginoso al borde del abismo
y tú has comenzado a caminar por la cuerda de mis sueños
a embellecer la muerte de los pasos.

Para que sólo tu luz me ilumine
ordena que hoy sea el último día
ordena que se derrumben las alturas
arranca la blanca mancha del sol
de otros ojos extraños que pasan.

Mírame
mírame en la luz de un universo sin mundos
en la luz de esa aurora feroz
mírame con tus dientes
y a través de la espuma
de océanos interminables que nos acechan.
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La fiesta de las arañas

¿Ah sí, te has despertado?
una mañana prodigiosa abre de par en par las ventanas
el último árbol de la noche ha dejado una huella
sobre la piel de tu frente.

Sí, te has despertado
agitando tu manto de telarañas de sueño
ahuyentaste el tropel de ratas ciegas
que te roían dormida.

Ya estás despierta, ¿adonde vas ahora?
abandonas tu riqueza nocturna por el gran vacío del día
y con la pálida debilidad construyes tu marcha sin objeto.

Ya estás despierta, subamos
por la angosta escalera hasta el confín del tiempo
para sorprender allí a los minutos perdidos
fugados de la vida.

No
un brusco desaliento te detiene
frente al espacio sin cielo donde nieblas aterradas
con inexplicable dulzura
transforman en viento a los que avanzan.

Algas marinas de la esperanza
horas inútiles se ocultan tras la puerta dorada
las palabras se encadenan a un profundo secreto
el diamante del desaliento brilla hacia adentro
los que se atreven a sonreír pierden su lugar en el mundo.

¿Adonde vas sin mí? buscas tu fiesta única
tu borrachera de signos y cataratas
tu jaula de libertad
donde amigos desconocidos beben tus gestos líquidos
y el veneno te mira con ojos fosforescentes.
Prepárate para tu fiesta
la fiesta de las manos que se resquebrajan
la fiesta del sudor de los crujidos
allí donde el letargo de tu carne
se precipita en una oscura danza.

Tu fiesta es la fiesta de las arañas
que devoran ferozmente tu riqueza nocturna
para alimentar su miseria inagotable
allí sumergida en un olvido sin límites
comprarás motivos para tu risa
comprarás estruendo para llenar tu silencio