oráculo

4.7.11

CAMPANAS QUEDAS en Muquiyauyu Poesía de Orlando Ordóñez Santos , desde la cueva del zorro Lima Perú




CAMPANAS QUEDAS


en Muquiyauyo



POESÍA





Orlando ORDÓÑEZ SANTOS. La Florida-Muqui, Jauja, Junín. Cursó estudios en la G.U.E. “San José” (Jauja) ,“ San Ramón”(Tarma) U.N.E. La Cantuta. Profesor, autor de las siguientes Plaquetas: ARTE POÉTICA (Año XIII Nro.187) JUNCO HERÁLDICO (Año VIII Nro. 44) NAUTA DE PAPEL (Año V Nro. 38).En sus versos “…se repite la figura de los elementos esenciales del mundo andino: tierra, fuego, aire y agua” (Olandina Rev. Internac. De Poesía). Colabora en Revistas y publicaciones literarias. Actual Director Nacional de Publicaciones CADELPO.


E-mail: artepoetica_2000@hotmail.com


oordonezsantos@yahoo.es


Telfs: 6244484


945871221







ANUNCIO


Dentro la diáfana soledad


del otoño, quieta, inverosímil


está cautivo el péndulo de los años


esperando el retorno entre lluvias


del llamado desde el campanario


que callado, medita.



Bajo el último despojo mustio


junto a la acequia desbarrancada


queda aún, simplificada ahora


los desvelados heraldos de dura madera


de los quinguales agazapados con sus secretos


que jamás retoñará.



Orlando Ordóñez Santos


JUNIO 2011





AGUAS APAGADAS



Para el comando terrestre, gladiadores natos


del puquial: Julián, Felipe y Rau.



Ya no está el jardinero


quien con su atropellada bienvenida


entre geranios te abrazaba con aroma


a tierra nativa, tierra crucificada


entre los cánticos del trigo y el temporal.



Tampoco está el campanero


aquel de semblante de mole entristecido


surcado con incomparable sonrisa de niño


que sólo con la palabra bisílaba lograba


el universo poner a tus pies, todo emperador.



Y al celebrar este cumpleaños


cuánta falta hace quién vestido de luces


entre la multitud delirante de la bufada del minotauro


con su saludo de la lejana Germania, implacable


con cada verónica demostraba su rígida disciplina.



Cómo va desgranándose la razón selecta


de quiénes aprendí entretener tibia la sombra


y aunque maltrechos, a veces sin ración


con qué triturar los embates de la sequía


los militantes que bebían fuerte y apagadas aguas


seguirán bregando,


y con ellos, me voy.





RESISTIRÉ



Entre las borrascas


te sigo buscando


no importa la claridad


o la penumbra, sigo buscándote.



Es tanto la sed que guardo


en cada esquina de los desvaríos


y tú sabes bien cómo golpea


el atardecer sin el farol del puente.



No sé dónde, pero lograré


dar contigo, ya no importa


si aún tus trenzas sigan copiosas


y azabaches, pendientes cascadas inesperadas.



No renunciaré ni un instante


hasta cuando vuelto a mis manos


todo el universo cóncavo, junto


a tu mirada de raudo picaflor: resistiré.






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