oráculo

13.4.11

Orlando Ordoñez Santos un poéta identificado con el Pueblo desde la cueva del zorro Lima Perú




Orlando ORDÓÑEZ SANTOS. La Florida-Muqui, Jauja, Junín. Cursó estudios en la G.U.E. “San José” (Jauja) ,“San Ramón”(Tarma) U.N.E. La Cantuta. Profesor, autor de las siguientes Plaquetas: ARTE POÉTICA (Año XII Nro.180) JUNCO HERÁLDICO (Año VII Nro. 38) NAUTA DE PAPEL (Año IV Nro. 35).En sus versos “…se repite la figura de los elementos esenciales del mundo andino: tierra, fuego, aire y agua” (Olandina Rev. Internac. De Poesía). Colabora en Revistas y publicaciones literarias. Actual Director Nacional de Publicaciones CADELPO.


E-mail: artepoetica_2000@hotmail.com


oordonezsantos@yahoo.es


Telfs: 6244484


945871221



“Cuando me hieran, cuando me sangren


que me arrastren bajo tu sombra


quisiera sangrar a tus raíces


para que florezcas más rojita…”


Huayno ayacuchano. Autor: Puca Perucha.


ABRIL 2011








RETORNO



Vuelvo danzando, llevando


sobre los hombros lluvias, recién dormidas


para esparcirlos en el abril de maíces y valle,


ya no hay lugar dentro la alforja


de huaynos para aquella indolencia


que tala más al indefenso sauce, violín


apacible cuando avasalla el silencio.



Traigo si, nueva argamasa y lozana arcilla


para seguir delineando la pirca,


la pirca de los sueños donde pueda


la tarde de codos esperar liviano


a cuántas caravanas de retorno van


sucediendo mientras, la guinda roja curada


de sus heridas vuelva a ser gluten de la pobreza.



No importó los años de ausencia


para haber destejido entre el abismo y la dulzura,


cómo nuestras voces se fueron burilando


de sus garfios hasta hacerla única, frontal


muralla donde pueda despedazarse la vanidad


de los que jamás tuvieron la fortaleza de la luz


alumbrando desde sus raíces hasta la última semilla.





CASA MANTARINA



En la casa sin par


igual al palomar altivo y simple


compartimos incomparable luz,


cariño infinito dentro la humildad


y apremios, levadura vital para jornadas


donde el idioma fue abrazo y coro.



Junto a los conciertos cotidianos del alba


con dulzura apacible de violines, de clarines


y vibrantes cuerdas subversivas del retamal,


la infancia cada día fue pulimentando


sus aristas con los días multicolores y la danza


de lluvias tejiendo inexorables atardeceres.



De aquella porcelana decantada del mismo


oro de las espigas de los trigales, no faltó el pan


con paréntesis o tribulaciones se fue enardeciendo


a la vida con una coraza infranqueable


de no ser doblegado ante la adversidad


menos eclipsar la luminosidad del puquial.



Es de aquella argamasa rebelde cuando


el arroyo intente detenerse, o la fragancia


de la púrpura cantuta traten de marchitarla.


Y por siempre con la misma vehemencia frágil,


pero indomable como el paisaje mantarino


hizo de los vientos cada día cósmica a la palabra.




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