oráculo

15.12.10

Wancho Lima Huancane, 1923, año memorable de la sublevación e insurgencia campesina


Wancho Lima en la memoria de los huancaneños

:: Fernando Chuquipiunta Machaca

Un domingo, 16 de diciembre de 1923, a las 10 de la mañana, se produjo una conflagración bélica en Wancho Lima, donde fueron acribillados más de dos mil campesinos, y además, los gamonales realizaron una hecatombe deshumanizada en contra de los oprimidos.

La llamada sublevación de Wancho Lima, fue registrada por José Carlos Mariátegui, Jorge Basadre, Wilfredo Kapsoli, Manuel Scorza, Pablo Macera, José Tamayo Herrera, Teobaldo Loayza Obando, Augusto Ramos Zambrano y José Luis Rénique. La frondosa documentación data desde la época de los mensajeros, quienes viajaron a Lima para reclamar al presidente Candamo, acerca de los abusos de los gamonales de Huancané contra los campesinos quechuas y aymaras.

Debido al liderazgo de Carlos Condorena Yujra, llamado también Carlosín Condorena, cuyo verdadero nombre era Carlos Condori Yujra, es que se formó un grupo de personas decididas a acabar con el gamonalismo en el departamento de Puno. Mariano Paqo Mamani y Rita Puma, se convirtieron en líderes de un moviendo que además, se propuso establecer una educación bilingüe, como recuperar las tierras arrebatas por los gamonales a las comunidades campesinas.

En un principio contaron con la simpatía del presidente Augusto B. Leguía, quien auspiciaba desde el gobierno un indigenismo oficial y subalterno. Los dirigentes de Wancho decidieron entonces, construir una ciudad con los mismos planos urbanos de Lima y le pusieron en nombre de Wancho Lima. Construyeron locales para ministerios, escuelas, mercados, calles y avenidas.

Todo estaba decidido para atacar a Huancané y diezmar a la población. Pero ese hecho fue impedido por las lluvias que provocaron que el río Huancané creciera, arrastrando muchas balsas llenas de personas. El día 16 de diciembre de 1923, muchas personas murieron a causa de las balas de fusiles y ametralladoras, también se produjo un gran incendio de todas las casas.

Wancho Lima siempre ha sido y será una referencia para el movimiento aymara, siempre. Porque es una organización que, primero, tuvo la virtud de fundar una nueva capital; segundo, de establecer una división muy clara entre el mundo aymara explotado y el sistema y, tercero, la figura de Rita Puma crece cada día más en el mundo aymara, señala José Luis Ayala, escritor huancaneño.

El historiador Leoncio Mamani Coaquira, afirma en su libro denominado “El pueblo aimara y los conflictos con el Poder” que la creación de la Ciudad de las Nieves buscó el mejoramiento de la situación social de los campesinos y comunidades, promoviendo nuevos planteamientos y modelos alternativos del desarrollo regional y nacional, allí radican las verdaderas perspectivas de la proyección hacia el presente y futuro. Estos planteamientos de priorización no son actos de misticismo ni milenarismo, sino búsqueda de una sociedad más justa.

Nunca se supo cuántos muertos hubo. El éxodo fue enrome y ese acontecimiento ha sido registrado magistralmente por el escritor José Luis Ayala, quien ha publicado: Wancho Lima (cronivela), Mariano Larico (testimonio), Fusilamiento y resurrección de Mariano Paqo (novela corta), Celebración cósmica Rita Puma (poesía) y El presidente Carlos Condorena (historia).

Además, sin la contribución de Juan Luis Ayala Loayza, Leonidas Cuentas Gamarra, Julio Mendoza Díaz. Felipe Sánchez Huanca, Augusto Ramos Zambrano, Leoncio Mamani Coaquira, Leoncio Sejje Mamani, pero especialmente de José Luis Ayala, sin duda que se hubiera perdido tanta información histórica. Las nuevas generaciones tienen derecho a conocer el pasado para que no se repitan los mismos errores. Finalmente, no hay pueblo sin historia porque sin ella no es posible, edificar un futuro distinto al oprobioso pasado que se ha vivido.

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