oráculo

17.9.09

Homenaje al poeta Gustavo Armijos desde la guarida de zorro de abajo

poeta Gustavo Armijos




Gustavo Armijos es un fervoroso animador cultural, poeta, crítico, locutor deportivo, bohemio, buen bailarín, antologador que rompe esquemas y cánones establecidos. Es también director de una revista literaria que persiste en subsistir a pesar de todas las 0crisis juntas, las adversidades reunidas y contingencias del futuro. La tortuga ecuestre, que es como se llama la publicación, es a la vez un homenaje al poeta César Moro. Acaba de salir a la circulación el número 296 y curiosamente corresponde a diciembre del 2009, cuando recién estamos en enero del Año del Perro del Hortelano. (Seguramente es un error o se maneja con otra clase de calendario). Según consigna para los historiadores del futuro se trata del año XXXVI de edición. En fin, más allá de las anécdotas y las malas pasadas de la fechas, a Gustavo Armijos no le hará nada la crisis que se cierne sobre el sistema porque La tortuga ecuestre, seguirá caminando, a pesar de los errores de los correctores.





EL UNIVERSO EN TUS OJOS


Siempre te escapas en el denso oleaje de una marea negra

y mientras huyes se va diluyendo el minúsculo laberinto

en que dominas tu mirada frente a la costa de los vientos.

¿Qué territorio te sujeta a la faz del planeta?

¿A quién indagar por las líneas que nos conducen de manera/

laberíntica rumbo a la eternidad.

Si me miras pienso que la noche comienza a encender

sus fuegos en tus ojos de gacela

nada mejor que la luna entre tus cejas como claras líneas.

No deseo que tus pensamientos se atropellen como corceles/ peatonales

y el cielo raso sea una selva oscura es esta mezanine

donde tu silueta es una piedra que no da en el blanco

y se desliza tenuemente como una lluvia hacia el confín/

del universo.

Hay intensa confusión de litigantes cuya única controversia

es la muerte como puerto a la intemperie en el invierno.

Los seres humanos convertidos en estatuas de granito

los papeles apilados hasta construir una fortaleza

y entonces el viejo adagio hecha la ley y la trampa

quedó cerrada para los inmensos impostores de la ley.

Nada queda para el amor en estos predios lúgubres

y al final de la tarde todo ha de ser como al comienzo

tú una mujer de esbelto talle y sinuosa cabellera

y yo pobre cojudo tratando de ganarle un juicio al destino.




zorrosabajo@hotmail.com
Agradecer por la amistad sencilla del poeta norteño a nombre de los Taquileños Puno Perú.

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