oráculo

28.4.09

Vallejo es un poeta que irrumpe desde el corazon de los andes homenaje desde taquili puno Peru


CESAR VALLEJO

Un homenaje ritual desde los dioses ancestrales
Nació en Santiago de Chuco, La Libertad Trujillo el 16 de Marzo de 1892, en 1910 se matricula en filosofía y letras de la UNMSM, en 1912 trabaja en la hacienda azucarera Roma, en 1913, publica algunos versos en el boletín cultural del colegio San Juan de Trujillo.

Vallejo, después de de cinco milenios asume la voz de la humanidad doliente, sufriente, expoliada, siniestrada, fagocitada, antropofagocitada, genocitada, ,etc., en que su poesía, su discurso poético y su prosa los mas altos valores humanos exudan primera vez todo el amor, el dolor, la solidaridad, la confraternidad, la amistad, la soledad, la humanidad, etc., reflejan la belleza exultante de la pasión, la compasión, la conmiseración, con el ser humano enajenado materialmente y alienado espiritualmente.
Vallejo es la palabra, el verbo el lenguaje, la voz, el grito desgarrado, el discurso poético, el constructo estético, de las masas que en cinco milenios carecieron de interlocutor
Poético, el primer poeta de la humanidad.

Vallejo rompe todo los moldes poéticos tanto en la forma como en el contenido, para crear por primera vez, una poesía total y absolutamente des alienante, desmixtificadora desmitificadora , en que lo terreno y lo supra terreno adquieren una materialidad, una objetividad, una concreción, liberada de todo los constructos mitológicos, teológicos, y exenta de las formas y contenidos del resto de poetas, ciconscritosa la expresión, con honrosas excepciones , vulgar y ingenua , “provinciana “pueril, trivial, pesada fangosa cursi delittante, imitativa, especiosa, de lugares comunes, de la perspectiva, de la cotidianeidad virginal, pura inocente, en suma de la mediocridad institucionalizada, hegemónica y monopólica de cinco milenios.
“Vallejo es un creador absoluto, Los Heraldos negros podría a ver sido su obra única”
El valor sustantivo de Vallejo es el creador, Es un verdadero creador, arte rebelde, que rompe con la tradición cortesana de una literatura de bufones y lacayos.
Este gran poeta de “Los heraldos Negros” y de “Trilce”… se presenta, en su arte, como un precursor del nuevo espíritu, de la nueva conciencia.
Vallejo es ascendradamente nostálgico. Tiene la ternura de la evocación en Vallejo es siempre subjetiva. No debe confundir su nostalgia concebida con tanta pureza lirica con la nostalgia literaria de los pasadistas.

Vallejo es un profeta andino que irrumpe desde el corazón de los andes centrales del Peru para dar testimonio de que la “familia Humana” esta cosificada. El cholo Vallejo insurge del milenario substracto andino para enrostrar al “genero humano” la deshumanización impuesta por el mundo occidental. Vallejo es el cóndor Andino que atraviesa el universo enajenado y alienado aportando un mensaje sobre el destino de la humanidad de los miserables. Es el poeta que se atreve a dar una mano al hombre desasido de todo y anonadado por la irracionalidad de la aldea transnacional que a convertido en caricaturas de seres humanos a las masa desposeídas de todo.



AUSENTE
Ausente! La mañana en que me vaya
más lejos de lo lejos al Misterio,
como siguiendo inevitable raya,
tus pies resbalarán al cementerio.
Ausente! La mañana en que a la playa
del mar de sombra y del callado imperio,
como un pájaro lúgubre me vaya,
será el blanco panteón tu cautiverio.
Se, habrá hecho de noche en tus miradas;
y sufrirás, y tomarás entonces
penitentes blancuras laceradas.
Ausente! Y en tus propios sufrimientos
ha de cruzar entre un llorar de bronces
una jauría de remordimientos
!




VERANO
Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.
Verano! y pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros,
como un obispo triste que llegara
de lejos a buscar y bendecir
los rotos aros de unos muertos novios.
Verano, ya me voy. Allá, en setiembre
tengo una rosa que te encargo mucho;
la regarás de agua bendita todos
los días de pecado y de sepulcro.
Si a fuerza de llorar el mausoleo,
con luz de fe su mármol aletea,
levanta en alto tu responso, y pide
a Dios que siga para siempre muerta.
Todo ha de ser ya tarde;
y tú no encontrarás en mi alma a nadie.
Ya no llores, Verano! En aquel surco
muere una rosa que renace mucho..


HOJAS DE EBANO
Fulge mi cigarrillo;
su luz se limpia en pólvoras de alerta.
Y a su guiño amarillo
entona un pastorcillo
el tamarindo de su sombra muerta.
Ahoga en una enérgica negrura , w
el caserón entero
la mustia distinción de su blancura.
Pena un frágil aroma de aguacero.
Están todas las puertas muy ancianas,
y se hastía en su habano carcomido
una insomne piedad de mil ojeras.
Yo las dejé lozanas;
y hoy las telarañas han zurcido
hasta en el corazón de sus maderas,
coágulos de sombra oliendo a olvido.
La del camino, el día
que me miró llegar, trémula y triste,
mientras que-sus dos brazos entreabría,
chilló como en un llanto de alegría.
Que en toda fibra existe
para el ojo que ama, una dormida
novia perla, una lágrima escondida.
Con no sé qué memoria secretea
mi corazón ansioso.
-Señora?... -Sí, señor; murió en la aldea;
aún la veo envueltita en su rebozo
Y la abuela amargura
de un cantar neurasténico de paria
¡oh, derrotada musa legendaria!
afila sus melódicos raudales
bajo la noche oscura:
como si abajo, abajo,
en la turbia pupila de cascajo
de abierta sepultura,
celebrando perpetuos funerales,
se quebrasen fantásticos puñales.
Llueve..., llueve... Sustancia el aguacero,
reduciéndolo a fúnebres olores,
el humor de los viejos alcanfores
que velan tahuashando en el sendero
con sus ponchos de hielo y sin sombrero





HUACO
Yo soy el coraquenque ciego
que mira por la lente de una llaga,
y que atado está al Globo,
como a un huaco estupendo que girara.
Yo soy el llama, a quien tan sólo alcanza
la necedad hostil a trasquilar
volutas de clarín,
volutas de clarín brillantes de asco
y bronceadas de un viejo yaraví.
Soy el pichón de cóndor desplumado
por latino arcabuz;
y a flor de humanidad floto en los Andes,
como un perenne Lázaro de luz.
Yo soy la gracia incaica que se roe


MASA
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar
callao 28 de abril 2009

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